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La disputa por la agenda: balance del 5 al 11 de febrero

La semana inició con la captura de Mario Marín, el conocido como "gober precioso", quien en contubernio con empresarios vinculados al comercio sexual infantil, torturó hace una década a la periodista Lydia Cacho; el otro tema, la violencia contra migrantes

Por: Carlos Garza Falla, Visitas: 1081

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La vida es un hospital donde cada enfermo está poseído por el deseo de cambiar de cama

Charles Baudelaire

 

El pasado miércoles 3 de febrero de este 2021 Mario Marín, quien fuera gobernador de Puebla de 2005 a 2011, fue detenido en Acapulco, Guerrero, por elementos de la Fiscalía General de la Republica por el delito de tortura en agravio de la periodista Lydia Cacho.

El 10 de febrero del mismo mes y del mismo año: “La Fiscalía General de la República (FGR), a través de la Fiscalía Especial en Materia de Derechos Humanos (FEMDH), obtuvo del Juez Segundo de Distrito en materia Penal con residencia en Cancún, Quintana Roo, auto de formal prisión en contra de Mario “M”, por su probable responsabilidad en el delito de tortura en perjuicio de una periodista” se lee en el comunicado FGR 038/21.

El caso Lydia Cacho es sin duda un caso emblemático y debe, por la trascendencia de todas sus implicaciones, ocupar un espacio especial en la discusión de la agenda pública.

Es emblemático al menos por los siguientes aspectos: porque se gesta en los entretelones del ejercicio del poder; porque ha atentado desde su primera acción hasta nuestros días contra una mujer periodista; porque se refiere a temas que lastiman tremendamente la vida en sociedad, como lo son la pederastia y la trata de personas, principalmente de niñas y niños, y porque al menos hasta hoy, ha flotado en las aguas negras de la impunidad en las que navega el aparato judicial mexicano.

En un texto de gran trascendía y relevancia escrito por Lydia Cacho en España, país en donde “me encuentro protegida en desplazamiento forzado por la violencia de la delincuencia organizada de mi país en mi contra” – escribe - y que fue publicado el pasado 8 de febrero en el periódico El País narra cómo vivió la  información de la detención de Mario Marín y deja en claro como el haber ejercido su profesión de periodista con responsabilidad, altura de miras y compromiso con la justicia trastocaron de manera radical su vida.

“Esta no es una guerra personal contra un puñado de poderosos criminales, es una batalla de la sociedad mexicana contra la explotación sexual comercial infantil, el blanqueo de capitales y los ataques contra la prensa, escribí en mi libreta roja”, se lee en el artículo de Lydia Cacho.

Párrafos más adelante narra: “Desde hace diecisiete meses que salí de México para resguardar mi vida, anhelaba el día del arresto del gobernador, no por sed de venganza, más bien por la clara conciencia de que el país necesita la certeza de que la justicia puede tocar a las redes políticas de trata de personas que tantas infancias ha robado en México. Es una sed de justicia compartida que millones de personas deseamos saciar con la certeza incontrovertible de un juicio transparente que nos recuerde que vale la pena denunciar los crímenes contra los derechos humanos y el intento de silenciar a quienes los denunciamos. Es una sed por abrevar de la no repetición de la compraventa de niñas y niños, del asesinato, violación y tortura de periodistas”.

Lydia hace referencia en su artículo dos o tres veces a que frente a lo que esta es frente al tercer “round”, al tercer “asalto” y es posible que tenga razón, que su apreciación sea la correcta, y quizá por ello en la disputa por definir la agenda pública debemos de hacer todos el esfuerzo por difundir en todos los rincones del territorio nacional lo que han sido los dos rounds anteriores y fortalecer la red solidaria que acompañe a Lydia y a lo que ella expresa y representa en este tercer round.

Lydia no ha estado sola, pero no ha estado acompañada todo lo que debería de estarlo.

Afirmo que no ha estado sola apoyándome en su propio dicho:  “Le marqué al director de Artículo 19, la organización de defensa de libertad de expresión que desde hace años lleva mi caso, quienes se han jugado mucho durante años por defenderme”, platica a sus lectores en su artículo; y afirmo que no ha estado acompañada todo lo que debería de estarlo porque si hay algo que nos debe convocar es precisamente esa sed de justicia de la que ella habla , la que se saciara con: “con la certeza incontrovertible de un juicio transparente que nos recuerde que vale la pena denunciar los crímenes contra los derechos humanos y el intento de silenciar a quienes los denunciamos”.

Cierro este primer tema compartiendo el comunicado de prensa con el que Articulo 19 dio a conocer la formal prisión de Mario Marín el pasado 10 de febrero de este 2021.

El segundo tema que me parece importante apuntar aquí, tiene que ver con la matanza en Camargo Tamaulipas el 24 de enero de este 2021, y me parece importante por las múltiples aristas que ha develado.

"La conjunción de macrocriminalidad (la criminalidad fortalecida desde el Estado) e impunidad se convierte en la clave para entender mejor las dimensiones y la complejidad de la crisis institucional que permite la reproducción de graves violaciones y crímenes de lesa humanidad”, escribe Mario Patrón en su colaboración del periódico La Jornada del 11 de febrero de 2021 la cual titula sugestiva y gráficamente: Instituciones públicas + impunidad =macrocriminalidad y nos ofrece así una clave de lectura para poder aprehender los sucesos de Camargo, pero no solo esos sino también y de manera más amplia lo que acontece en la trayectoria que los migrantes recorren en pos del sueño americano.

Tránsito por el infierno, lo denominó Layda Negrete en su colaboración en El Universal del 9 de febrero del 2021, artículo que construye como una lectura breve, pero en verdad sustanciosa del trabajo periodístico de Manu Ureste y Alberto Pradilla publicado en Animal Político el 1° de febrero titulado Tortura, asesinatos, violaciones: lo que CNDH ha ocultado sobre secuestros a migrantes en 2019 y 2020.

“La violencia contra migrantes no puede atacarse estatalmente. El fenómeno ocurre en toda la República, por redes que operan entre entidades federativas e incluso, cruzando nuestras fronteras. No es un asunto local, ni es un asunto menor. Las organizaciones delictivas practican la violencia extrema, de forma sistemática a gran escala, contra la población de la mayor vulnerabilidad posible. Particularmente preocupante es la colaboración de nuestras autoridades en la comisión de estos delitos, especialmente aquellas encargadas de perseguirlos. Policías municipales, estatales, y federales participan del negocio de secuestrar migrantes y por ello existen pocas probabilidades de que éstas actúen en contra de sus intereses. Por eso la fiscalía tendría que tener un papel protagónico en la persecución de los delitos contra migrantes, pero no lo asume. Así las cosas, dejar operar redes criminales nacionales en colusión con policías de todos los niveles, será la receta perfecta para continuar la pérdida de control del territorio”, escribe Layda Negrete. 

En abono a la disputa por definir la agenda en relación con la matanza en Camargo Tamaulipas el Senador Ricardo Monreal dio un paso al frente y escribió en su blog el 5 de febrero: “Una vez reconocida de manera oficial la autoría de la policía estatal de Tamaulipas en la matanza de 16 migrantes guatemaltecos desarmados y 4 civiles mexicanos, el salvaje y artero ataque se encuadra en la tipología de “crimen de estado”. https://ricardomonrealavila.com/camargo-crimen-de-estado/

Ojo, no es cualquier opinante, es el Presidente del Senado de la República Mexicana quien reconoce a voz en cuello que en el caso de la matanza en Camargo estamos frente a un crimen de Estado lo que me hace pensar que el propio Senador impulsará desde la tribuna en la que se encuentra se proceda en consecuencia.

Salvador García Soto en su colaboración del 9 de febrero del 2021, en El Universal afirma que lo dicho por el Senador Monreal servirá: “para sustentar la denuncia que ya preparan los abogados del gobierno del presidente Alejandro Giammattei…” ante la CIDH,  lo cual le puede dar un giro inesperado al caso, al internacionalizarse e involucrar no solo al gobierno de Tamaulipas sino también al gobierno federal, lo cual sin lugar a dudas no está nada mal, pero no parece ser que sea del agrado del hoy titular del Ejecutivo Federal.

Un punto de unión entre la manera en la que se está desenvolviendo el debate entorno de la matanza de Camargo Tamaulipas y la detención de Mario Marín es el papel que puede y debe jugar la internacionalización de este tipo de situaciones, pues son muchos los indicios que sugieren que solo cuando interviene un organismo internacional de defensa de Derechos Humanos las autoridades mexicanas reaccionan y cumplen al menos parte de su cometido.

Verdad justicia y paz es la brújula que debe orientar la estrategia de recuperación del territorio nacional de manos de los criminales. Es la brújula que debe de orientar la construcción de una convivencia fraterna y solidaria.

Por último y para cerrar este balance creo importante hacer mención de dos voces que se han expresado con sinceridad, con valentía y con honestidad. Me refiero a Maite Azuela y a Héctor Aguilar Camín, cada uno de ellos, desde su especificidad y con su propio estilo, han aportado a la disputa por definir la agenda pública sendos artículos que valen la pena ser leídos con atención.

Maite título el suyo: Deténgase Sr. Presidente y lo publicó el 11 de febrero en El Universal.

Héctor Aguilar Camín por su parte título el suyo: Presidente aquí ha mentido y lo publicó en Milenio el 10 de febrero.

Dejo constancia aquí de mi admiración y respeto a ambos y de mi agradecimiento por su intento de airear la disputa por definir la agenda pública.

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