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“Siempre quise estudiar más. Apenas pude terminar con dificultad la preparatoria, pero pues, aquí no hay nada, no había nada pues, aunque ahora pude terminarla, la verdad a pesar del tiempo, de la edad, si hay apoyos, uno puede cumplir sus metas”, dice Ana María Hernández Allende, sentada en el patio de su casa en Tetlama.

Esta es una comunidad ubicada en el municipio de Temixco, Morelos, a unos 30 minutos de Cuernavaca, cuya población se dedica en su mayoría a emplearse en los comercios locales o de la vecina ciudad capital, a labores agrícolas y otros servicios, cuyo más grande atractivo turístico es el balneario Ex Hacienda de Temixco, ubicado en la zona central del municipio.

En 2015, de acuerdo con el portal Data México, esfuerzo informativo de la Secretaría de Economía del gobierno de México y la organización internacional Datawheel, 46.7 por ciento de la población se encontraba en situación de pobreza moderada y el 11.5 por ciento en situación de extrema pobreza. Alrededor de 22.4 por ciento de la población padecía carencias sociales y 6.14 por ciento se encontraba en vulnerabilidad por ingresos bajos.

En ese contexto, en una comunidad a la que se accede por una carretera sinuosa y riesgoza, con una sola línea de transporte público, donde sólo hay escuelas de educación básica, preescolar, primaria y secundaria, es muy complicado acceder a estudios de nivel medio superior. Muchos jóvenes se quedan sin oportunidades para seguir estudiando.

“Yo quería estudiar la Preparatoria, pero la verdad aquí no había ni becas, no había nada, entonces mi papá era agricultor, se dedicaba a la siembra de tierras, entonces no tenía el modo económico para mandarme a otra escuela, porque aquí no había, no hay preparatoria, tenía que mandarme fuera del pueblo”, dice Ana María en entrevista.

Con 29 años, esta mujer es parte del grupo de 14 adultos de la comunidad que han conseguido su certificado de preparatoria en las semanas pasadas. Gracias al programa Educatón, pero sobre todo a la empresa Esperanza Silver de México, estas personas tuvieron apoyo económico para pagar un proceso de cuatro meses en los que tuvieron un entrenamiento intensivo, con clases presenciales y esfuerzo autodidacta para luego acceder al examen de certificación.

“Mi papá tenía trabajo eventual solamente, se dedicaba al campo en la temporada de lluvias, entonces pues no teníamos ese sustento económico, éramos cinco hermanos y no hubo, en ese entonces a mi hermano lo atropelló un carro y menos, no pensábamos en eso”, recuerda Ana María. Sin embargo, las ganas de aprender cosas nuevas a seguir con su formación académica la llevaron a buscar opciones.

Fue a través del programa “Educatón, tu prepa en un jalón”, como Ana María, junto con otras 34 personas, se inscribió en esta modalidad de estudio, con clases presenciales ofrecidas directamente en la comunidad de Tetlama. Ellos estudiaban los días domingos, tomando las medidas sanitarias pertinentes, mientras que algunos días se reunían en algunos de los pocos lugares que tienen internet en la comunidad, para tomar clases virtuales.

“Se hizo la convocatoria gracias a la empresa Esperanza Silver que se preocupó por nosotros, más que nada por el rezago educativo que tenemos. Se hizo la convocatoria, la vi y dije ‘no, yo si tengo la oportunidad lo voy a hacer, quiero superarme’, muchos dirían que a mis años todavía ando en esto, pero la verdad créame que fue una experiencia muy bonita”, contó en entrevista.

Sin embargo, como ocurre en estas historias, no sólo basta el entusiasmo, es necesario siempre el apoyo, el impulso económico básico para llevar a cabo este tipo de sueños. La empresa Esperanza Silver de México, asentada en esta comunidad, gestionó y becó a los estudiantes para que pudieran continuar con su formación académica. Fueron 35 personas quienes se escribieron, de las cuales 23 completaron todo el proceso.

Se diseñó un plan de trabajo para que los beneficiarios pudieran cursar las clases los domingos, pues por sus diversas actividades no podían hacerlo de lunes a viernes, situación que incluso durante años les impidió cursar la preparatoria. De las 23 que presentaron el examen, 14 lograron acreditarlo con lo que obtuvieron ya su certificado de preparatoria “de un jalón”, como dice el eslogan del programa.

"A mí me facilitó eso porque fue en domingo, es un día que prácticamente aquí en mi familia lo tenemos como de descanso, entonces yo dije ‘no, pues tengo toda la facilidad de eso’, los cursos que decía no eran en domingo, eran entre semana, pero sí pude con eso”, dijo Ana María. Ya con la preparatoria terminada, hoy esta mujer, madre de familia, trabajadora, busca cumplir otro de sus sueños: estudiar pedagogía.

“Pienso en cuanto me den el papel sí ir por una licenciatura, la verdad sí, ya lo platiqué con la familia, quiero estudiar pedagogía, porque me encantan los niños, incluso cuando estuve becada en el municipio porque íbamos a las escuelas, siempre me dejaban el kínder porque me decían que podía controlar más a los niños”, dice ilusionada.

“Se abrirán más puertas”

“Me quedé hasta la secundaria. No había más aquí en la comunidad, todavía no hay. Se me hizo difícil seguir estudiando, tuve que irme a trabajar. Estoy en la costrucción. Pero bueno, ahorita que se me presentó esta oportunidad, de entrar al programa Educatón, pues no lo pensé mucho. Gracias a Esperanza Silver, a la beca que nos dio, se me facilitó. Ahorita ya que voy a tener mi certificado, la verdad sí espero mejorar mi vida, tener un mejor trabajo”, dice pensativo Martín Plascencia Sotelo.

A sus 32 años, con dos hijas, Martín logró concluir la preparatoria. Así, a lo largo de cuatro meses, combinó sus labores de albañilería de lunes a sábado con la revisión de guías, la resolución de problemas, las clases los domingos y su propia vida familiar. “La verdad pues con el programa de Educatón primero que nada nos dio la facilidad que fue los días domingos y pues no pagaba pasaje, me dieron todas las herramientas necesarias, pues primero que nada se me hizo fácil más que nada seguir esta experiencia de seguir estudiando porque todo se me dio aquí dentro de mi localidad”, explicó.

Sus dos hijas, quienes con 11 y 9 años cursan sus propios estudios en primaria, animaron a Martín a sacar el reto adelante. “Siempre les he dicho que tienen que estudiar, para ser mejores, así que aproveché para darles un ejemplo, no fue fácil, pero aproveché que todo fue dentro de donde vivo, dentro de mis instalaciones más que nada y estaba al alcance porque anteriormente quería retomar otra vez, seguir estudiando, pero a veces por el tiempo, el pasaje, no pude seguirle estudiando, los horarios más que nada”, dijo.

Ya con la preparatoria concluida, Martín busca cursar la Licenciatura en Contaduría Pública para mejorar así su calidad de vida. “Pues se siente padre porque de aquí para adelante obteniendo ese papel se van a abrir más puertas, mejor calidad de trabajo y pues a mí sí me gustaría seguir estudiando y pues seguirle avanzándole, pues, aunque sí es un poco difícil, pero no es imposible, más que nada”, expresó.

Esperanza y Educatón

Cristhian Daniel Espíndola Quezada, nació en Tetlama y es de los pocos habitantes que ha tenido la posibilidad de estudiar a nivel superior. Actualmente colabora para la empresa Esperanza Silver de México particularmente dentro del área de Relaciones Comunitarias. En entrevista explica por qué la compañía decidió becar a este grupo de vecinos de la comunidad interesados en continuar sus estudios.

“Al traer este programa aquí a la comunidad la empresa Esperanza Silver vio la necesidad de que muchos de los pobladores de aquí de la comunidad carecen de un estudio de preparatoria y de nivel superior ya que para acceder a ellos tenemos que salir a diferentes colinas, municipios porque aquí en la comunidad no se cuenta con una preparatoria y más que nada que no tenemos los recursos necesarios, económicos, para sostener una educación de ese tipo muchas de las personas, de las familias, se ven con ese problema de seguir estudiando”, expresó.

Por eso la empresa estableció una alianza con Educatón para lanzar la convocatoria a la que respondieron 35 personas de las cuales 23 concluyeron el programa y 14 lograron graduarse al acreditar el examen. Las otras nueve, que no pudieron acreditarlo, tendrán una nueva oportunidad en las próximas semanas con el reforzamiento del entrenamiento.

Además de las gestiones para acercar el programa, Esperanza Silver de México pagó la inscripción, el examen y la certificación de los beneficiarios. “Muchos de estos estudiantes tenían otros roles en sus casas, unos eran amas de casa, trabajaban, tenían que salir, entonces para ellos se les complicaba estudiar una preparatoria entre semana, entonces la mayoría decidió de que se les impartiera la clase en los días domingos donde era su día libre que podían tomar esa clase”, sostiene Espíndola Quezada.

“Aquí el rezago educativo es pésimo, muchas de las familias no tienen el sustento económico para salir, es por eso que aquí en al comunidad de Tetlama hay pocos profesionistas y pocos que terminan su preparatoria o que la dejan a medias porque no pudieron continuar sosteniendo ese apoyo”, comentó.

Los 14 estudiantes que hasta ahora se graduaron a través del programa tendrán mayores posibilidades de obtener mejores empleos o de continuar sus estudios profesionales. “Se abren otras puertas para ellos, laborales, uno nos comentaba que tenían un puesto, pero no podía ascender porque el requisito indispensable era terminar su preparatoria o presentar un certificado que lo avale y es por ello que en esa parte se ven beneficiados porque ven que se les abren muchas puertas más y porque varios se quieren seguir superando”, dijo.

“No fue fácil, pero lo logré”

Para Liliana García, de 28 años de edad, completar sus estudios de preparatoria ha sido un sueño acariciado durante varios años. Ella tuvo la oportunidad de iniciarlos hace 10 años, pero debido a que su madre enfermó, tuvo que abandonarlos. Sin embargo, gracias a la oportunidad que le brindó Esperanza Silver, haciendo un esfuerzo, completó sus estudios, combinándolos con su trabajo de tiempo completo como mamá de Iker e Ian, sus hijos.

“Me quedé en cuarto semestre de preparatoria, no la pude terminar por cuestiones familiares, este, y pues ahí me quedé nada más en el cuarto semestre de preparatoria. Lo que pasa es que mi mamá era la persona que nos daba todo prácticamente y pues a ella le salió un tumor en la columna y pues a raíz de eso fue por eso que dejamos los estudios, porque todo lo de su enfermedad fue muy costoso, entonces fue la escuela o mi mamá y nos salimos de estudiar pues casi todos”, expresó.

De la convocatoria de Educatón se enteró casi por accidente: “Me comentó una vecina, me dijo que iba a ver un proyecto de Educatón, que si quería entrar que iba a ser aquí mismo en el pueblo, no tenía que pagar pasajes ni nada y digo, ahí era mi oportunidad, porque salir a otro lado y pagar pasajes y todo eso y pues más que nada porque también la empresa nos apoyó muchísimo en ese aspecto”, dijo.

Luego de cuatro meses, orgullosa relata que lo logró acompañada de sus pequeños: “Ellos estuvieron conmigo en mi graduación, me sentí muy contenta de poder compartir eso con mis hijos y mi hijo el más grande dice: ‘¿mamá, cómo es eso?’ Es que terminé la prepa, y por qué, y me hace preguntas de por qué dejé de estudiar, entonces pues yo le puedo explicar, de por qué, entonces pue sí me siento contenta y gracias a ellos también, a mi familia”, dijo.

Por su parte, Érika Maribel Palacios Mariaca, una de las más jóvenes en tomar la oportunidad de Esperanza, también comenzó sus estudios de preparatoria en la comunidad vecina de Cuentepec. Sin embargo tampoco pudo concluirlos a tiempo. Hoy tiene 19 años y siempre está buscando oportunidades, aunque la falta de recursos para pagar una preparatoria privada, le ha coartado su sueño.

“Anteriormente yo ya me había propuesto terminar mi prepa y había buscado preparatorias afuera pero la verdad sí las sentí muy caras, porque había visto una privada de Temixco, donde puedes hacerla en corto tiempo, pero son muy caras. Esa vez me dijeron que cada mes tenía que estar pagando mil 300 o casi 2 mil pesos, entonces no, aparte el pasaje, el traslado y luego que tenía que comprar libro y conectarme por videollamadas y no sé qué tanto y no, no me alcanzaba”, dijo.

Sin embargo a través de Educatón, en cuatro meses, con clases los domingos, cumplió su objetivo. Aunque no fue fácil regresar al aula: “Sí la sentí un poquito difícil porque era trabajar, estudiar, ir un día a la escuela, casi todo el día, a veces no iba a visitar a mi papá porque me encontraba en la escuela y sí la sentí un poquito difícil, pero gracias a Dios sí lo logré”, explicó.

"Me siento bien porque así con mi prepa ya terminada podré encontrar otro trabajo mejor, que me paguen mejor y a lo mejor un poquito más cercano, porque actualmente mi trabajo está un poquito retirado”, dijo. Érika, al igual que sus compañeros, agradeció el apoyo que les brindó la empresa minera.

“Muchas gracias por el apoyo que nos brindaron, por el interés que tienen hacia este pueblo, para ver qué pues hay mucha gente que no ha terminado su prepa por lo mismo por falta de economía, porque los trasladados son muy lejos, la ruta se tarda un buen y pues a veces no tenemos todas las necesidades para poder terminarla”, expresó.

“Que el programa siga”

Quienes han logrado sus sueños, piden que el programa continúe. Según el Inegi, la población de Tetlama es de mil 388 personas, de las cuales 452 tienen escolaridad básica incompleta, mientras que 208 apenas tienen concluida la secundaria. Estas últimas serían el objetivo de seguir impulsando el Educatón en esta comunidad con altos índices de marginalidad.

“Que siga Esperanza Silver apoyando a los habitantes de San Agustín Tetlama, que se acerquen a las instalaciones, porque hoy en día la situación afuera está muy difícil, el trabajo está escaso y todo este rollo, entonces ahorita que siga apoyando a las personas, o más que nada becándolas, para que sean como yo, una persona que me benefició y me apoyó para que no se queden estancados más que nada, que le sigan echando ganas”, dijo Martín.

“Yo le agradezco mucho a ese programa y a la empresa precisamente porque pues gracias a eso yo pude concluir mi prepa y varios de los que vivimos en la comunidad pudimos concluir la preparatoria. De mi parte agradecerle por todo el apoyo que nos brindó y por siempre impulsarnos, porque también estaban al pendiente de seguir echándole ganas, de seguir asistiendo, porque muchos desertaron también, desafortunadamente, entonces pues yo digo que más que nada darle las gracias por todo el apoyo que nos brindó a mí y a todos mis compañeros”, expresó Liliana.

Ana María celebró que la empresa minera acerque estas oportunidades a los habitantes de su comunidad, a diferencia de las autoridades, quienes en todo este tiempo nunca  le ofrecieron la posibilidad de continuar con sus estudios: “Le doy las más infinitas gracias porque es un escalón más, es una etapa más de mi vida, a estas alturas, sí la verdad sí le agradezco mucho en lo particular, le digo, que Dios los bendiga porque la verdad para mí sí es un logro y pues voy por lo otro, a ver qué pasa, y vamos, estoy esperando a ver si puedo inscribirme”.

“Realmente es una de las empresas que más se ha preocupado por nosotros en ese tipo de cuestión y el tipo de cuestión de salud también, estoy muy agradecida porque tengo un hermano que tiene insuficiencia renal y tiene ayuda por parte de la empresa, o sea, realmente sí”, dijo Ana María.

Los representantes de la empresa La Esperanza Silver de México aseguran que en las próximas semanas lanzarán una nueva convocatoria para que a través del programa Educatón más adultos de Tetlama puedan obtener su certificado de preparatoria y puedan así continuar con su profesionalización.

Esperanza

Esperanza Silver de México es una empresa subsidiaria de Alamos Gold Inc, que implementa un proyecto de inversión minera con un monto de 450 millones de dólares a realizarse en los siguientes 10 años, lo que traería consigo alrededor de 8 mil empleos, para los cuales requiere del involucramiento de personas de la comunidad, quienes requieren al menos de la preparatoria para poder prestar sus servicios, según ha informado el propio personal de la empresa.

De acuerdo con el portal especializado en negocios BNAmericas, el proyecto de Esperanza Silver de México representa el detonante económico más importante para Morelos y uno de los 10 más importantes para México, tan necesario frente a la crisis económica que se ha derivado del confinamiento provocado por la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2, causante del covid-19.