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La semana que concluyó el sábado dejó varias preguntas respecto al presente y futuro de varios políticos ligados a Morelos.

Por una parte, todavía está en veremos la posibilidad de quitarle el fuero a Cuauhtémoc Blanco Bravo, actual diputado federal y quien está acusado de violación por su propia hermana, sin dejar de lado que dejó a Morelos convertido en un desastre. Todo parece indicar que será protegido por Morena y Andrés Manuel López Obrador. Desafortunadamente el nuevo partido hegemónico va a proteger a quien considera son suyos, generando un nuevo pacto de impunidad. Ya lo hizo con Rubén Rocha Moya, de Sinaloa; ya lo hizo con los Yunes de Veracruz y los Murat de Oaxaca. Lo hará con el exfutbolista.

Por otro lado, todavía falta mucho que explicar de parte de Jesús Corona, alcalde de Cuautla, quien fue exhibido en un video en redes sociales la semana que termina, en el que supuestamente aparece con un presunto líder del crimen organizado. El comunicado que emitió al día siguiente de la exhibida a nivel nacional no convenció a nadie de que no era él o que fuera mentira. Porque ni siquiera lo desmintió abiertamente, sólo se puso a disposición de las autoridades para “aclarar” las cosas. Pero no eso no explica a la población lo que pasa en el video. En todo caso, su gobierno ya ha quedado manchado por la duda y sólo combatiendo frontalmente a los grupos podrá revertir ese proceso.

En tanto, dos jóvenes políticos que hace poco asomaron la cabeza, y les tocó el premio mayor, fueron expulsados del paraíso en las últimas dos semanas: Josué Fernández y Andrés Bahena. Al primero le tocó en suerte encabezar la Coordinación General del Transporte, la rifa del tigre, pero con la promesa de acabar con la corrupción heredada por el grupo de Víctor Mercado Salgado, conocido como el Güero. Sin embargo, Fernández no pudo o no quiso acabarla. Así que luego de varias exhibidas mediáticas, el imberbe político fue echado del cargo y condenado al ostracismo.

Andrés Bahena, mientras tanto, primero fue puesto en la Secretaría Técnica de la Coordinación General del Transporte, desde donde dicen las malas lenguas que cogobernaba la dependencia en los negocios legales y en los inconfesables. Luego, la gobernadora le confió el DIF Morelos, donde fue colocado a la salida de Mirza Suárez, la psicóloga que antes había sido regidora de Jojutla y luego llegó al DIF, para después irse a dirigir Morena en la entidad. En el DIF sólo duró unas semanas, esta misma semana se fue del cargo. Las malas lenguas dicen que por corrupción, aunque oficialmente salió porque es-taba ahí de manera temporal, en lo que encontraban un perfil idóneo. O sea, lo pusieron a calentar la silla y ahora, anda sin chamba. ¿Quién pagará ahora las botellas que se bebían casi a diario él y Josué Fernández en conocido y caro restaurante bar? Es pregunta y preocupación genuina.

Al sonoro rugir...

La presentación de la marca turística Morelos, La Primavera de México, fue un buen golpe político y mediático de la gobernadora Margarita González Saravia, pero fácilmente se puede quedar en eso si no se da la coordinación necesaria y esencial para realmente concretar la campaña multicanal de promoción del estado, particularmente frente a lo que viene. Primero, los carnavales los próximos dos fines de semana; luego frente al fin de semana largo del 14, 15, 16 y 17 de marzo, así como las vacaciones de Semana Santa que comienzan hacia el 12-13 de abril. Esas son las primeras pruebas de fuego para Daniel Altafi, secretario de Turismo... Hablando de la gobernadora, el próximo sábado se cumplen cuatro meses de su llegada al gobierno. Darle sentido a la discusión pública sigue siendo su mayor divisa. Hay muchos pendientes, pero también hay tiempo, aunque la paciencia de la gente dura poco. En todo caso, la siguiente caseta de peaje la tiene al cumplir su tercer año, lo cual todavía se ve lejos. No ha habido ningún gobierno desde ha-ce décadas que pueda ganar la elección intermedia. Esa es la siguiente meta.

Facebook: @JaimeLuisBritoV