Masiosare agencia de noticias

Tiempos Modernos: Cuauh en su laberinto; Urióstegui, un desastre; en la FEUM, un simulador

Por: Jaime Luis Brito, Visitas: 679

Compartir la nota por:

Cuauhtémoc Blanco Bravo sigue en el hoyo y cavando. Mientras el estado se cae a pedazos por el desgobierno y la inseguridad, el mandatario comete error tras error tratando de impulsar a personajes impresentables como sus candidatos a sucederlo. De mal en peor, el juicio político avanza a pasos agigantados.

Primero hay que hacer una pausa. El viernes pasado de nueva cuenta nos enfrentamos, como todos los días, a la realidad violenta que ha ido construyendo el desgobierno y la irresponsabilidad del Ejecutivo. Al igual que unas cinco mil personas en lo que va del sexenio, Javier Estrada fue atado a balazos a la luz del día en una calle muy transitada de Cuernavaca.

La historia del atentado contra Estrada se volvió mediático porque es un político que ha sido incluso diputado federal. No corren la misma suerte las miles de víctimas que han perdido la vida a lo largo de este sexenio. Por fortuna, Javier parece que ya la libró. Lo celebramos. Pero su atentado, estamos casi seguros, engrosará las filas de la impunidad. No sólo el gobierno de Cuauhtémoc Blanco es omiso o cómplice ante lo que ocurre. También está el fiscal Uriel Carmona que es un adorno. La impunidad en Morelos es de 99 por ciento.

Pero bueno, hay cosas que hacen aún más indignante lo que ocurre. Por ejemplo, que al igual que ocurre a nivel del ejecutivo federal, donde la indolencia los hace inmunes al dolor y a la tragedia cotidiana de la ciudadanía, en Morelos, al gobernador le vale madres, perdone la expresión, pero no hay otra que se acerque más a esta realidad. Al gobernador le vale madres lo que ocurra, él está en lo suyo.

¿Qué es lo suyo? Pues impulsar a como dé lugar a alguien que le suceda en el cargo y que le cuide las espaldas, porque sabe que es muy vulnerable y que el próximo gobierno, ya sin el manto protector de Andrés Manuel López Obrador, es probable que entre a la cárcel por los 400 mil millones de pesos de presupuesto que ha podido manejar hasta este día de forma discrecional, es decir, como se le pegue la gana. Y que cuando usted mira, se da cuenta que en Morelos no hay inversión pública ni por accidente.

Si libra el juicio político, pero no tiene a alguien que le cuide la espalda en el próximo gobierno, Blanco la puede pasar muy mal. Y lo sabe. Por eso en la desesperación, incluso públicamente usa recursos públicos para promover a sus candidatos que la verdad nadie conoce y nadie votaría por ellos, porque significan la continuidad, el desgobierno y el saqueo.

 

Pero espere, no es el único personaje indolente. Mire usted, esta es la reacción del presidente municipal de Cuernavaca, José Luis Urióstegui Salgado, el viernes pasado, unos minutos después del atentado contra Javier Estrada: “No voy a declarar sobre eso”, dijo después de hablar con su flamante secretaria de Seguridad Pública, Alicia Vázquez Luna.

Urióstegui y la nada es lo mismo. La esperanza que generó en la elección de 2021 se cayó así (como el puente de la barranca del puente Porfirio Díaz) apenas unos meses después y con ese acto, también cayó su gobierno. José Luis es un hombre bueno, pero incapaz de ver más allá del formalismo legal. Pensar que la ley es igual a la realidad es vivir fuera de ésta. El presidente municipal de Cuernavaca es rehén de los dueños del PAN en Morelos, los hermanos Martínez Terrazas, del suegro de uno de ellos que es secretario de Desarrollo Económico y de un grupo de abogados a quienes les encanta el servicio público porque para ellos eso es patrimonial… Engorda su patrimonio personal y familiar.

El problema es que Urióstegui Salgado es el que cargará con las responsabilidades del puesto y también con la vergüenza, mientras que los vividores que hoy lo manejan, se irán con los bolsillos llenos. Al tiempo…

 

Finalmente, para cerra esta videocolumna, está la visita de Claudia Sheimbaum a Morelos, en particular a la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, donde un personaje, digno representante de la Federación de Estudiantes Universitarios de Morelos, César Mejía, se consolidó como un simulador. Armó un evento de “encuentro de Claudia con universitarios”, aunque poca o nula participación de estudiantes.

Eran unos cuantos y para completar la simulación, la mayoría de los estudiantes presentes eran alumnos de preparatoria, es decir, menores de edad, sin posibilidades de ser consultados en la encuesta y menos aún de votar. Y es que claro que lo hizo así, porque realmente dirige un cascarón que no tiene base social alguna entre los y las estudiantes.

En grupos de Facebook abundan los cuestionamientos a esta persona respecto a qué hizo con el dinero para el comedor estudiantil que prometió en campaña o qué tiene que decir respecto a las denuncias que hay en su contra por acoso sexual. ¿Sabrá Claudia el tipo de personaje que dice representarla en la UAEM?...

Lo último

También podría interesarte

Política

Covid-19: Montan hospital móvil para que Cuauhtémoc Blanco grabe un spot

El nosocomio fue armado en el Estadio Centenario sólo para la grabación; dice la Secretaría de Salud que fue “un simulacro”; el promocional lanzado en redes sociales estaría violando la Constitución federal, en cuanto a propaganda de gobernantes

Política

Morelos: Pacientes de Covid-19 firman su consentimiento para morir

En el protocolo para ingreso de pacientes al Hospital Parres, se establece que todos los casos deben firmar una hoja en la que están de acuerdo en no ser resucitados en caso de accidente cardiopulmonar; es un documento oficial de la Secretaría de Salud

Política

Covid-19, castigo por aborto, eutanacia y niños trans: Obispo

Dios nos está gritando a través de la pandemia para que hagamos un alto y reflexionemos, por jugar a ser Dios; en España, prefirieron la marcha del 8 de marzo a prevenir el coronavirus: “Ándale chiquito, para que se te quite”, afirma

Política

Atacan terminal de autobuses; hay cinco muertos

Según los primeros reportes, las víctimas esperaban abordar un autobús; se trata de jóvenes de entre 25 y 30 años; la central camionera se ubica en Las Palmas, al sur del centro de Cuernavaca