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Estimados lectores de El Camino de la Vida, una vez que hube concluido un silencio de la escritura y la palabra impuesto por diversas circunstancias que no viene al caso comentar aquí y ahora, me propongo tratar, aunque sea de un modo somero el problema que se muestra en el título de esta colaboración.

Recientemente, en diversos medios periodísticos, noticiosos (radio y televisión) y en las redes sociales, entre diversos temas de interés, ha incrementado el número de publicaciones o notas que intentan “explicar”, aunque no logran comprender y conocer histórica y políticamente, la geopolítica en torno a Rusia, más allá de los recursos ideológicos de una alineación ideológica y política con los “razonamientos”, explicaciones y preocupaciones de los EEUU, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y la autodenominada Unión Europea.

Esta tríada o troika propala a los cuatro vientos de su Rosa de los Vientos –con el propósito de esparcir tal discurso en el mundo— la especie de que Rusia tiene la firme intención de invadir militarmente la República de Ucrania, cercenando, expresan, las libertades democráticas que sí existen en dicha nación e imponiendo una dictadura antidemocrática, ampliando, dicen otra vez, o pretendiéndolo, su zona de influencia.

Dicen de sí mismos que se encuentran sumamente preocupados por ello y que no están dispuestos a permitirlo bajo ninguna circunstancia o bajo ningún pretexto; empero, aún más, afirman encontrarse dispuestos a enviar recursos y materiales de naturaleza militar a Ucrania para que ésta pueda defenderse de semejante agresión y, de ser también necesario, en última instancia, confrontarse como alianza –que denominan, como siempre hacen, “los aliados”, rememorando la lucha militar contra el nazismo y el fascismo unidos en un frente que se denominó “el eje”, durante la Segunda Guerra Mundial—con el poderoso ejército ruso.

Recuérdese que durante las últimas intervenciones comandadas por los EEUU en Oriente Medio acudieron al Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para que avalaran su estrategia guerrerista; debemos considerar además que las naciones a invadir no formaban parte de éste ni tenía “Derecho de Veto”; sin embargo, ahora, no pueden acudir a este velo ideológico y mediático porque Rusia sí forma parte de los miembros permanentes del mismo y también dispone de tal “Derecho de Veto” y sería impensable que votara a favor de una guerra contra sí misma.

Entonces su recurso es el mediático y la “Alianza” con los Estados nación sujetos a esta estrategia y a la primacía que supone ser la “Primera Potencia Mundial”, centrada en la OTAN. Para este asunto la ONU no le sirve.

Tratándose de naciones de América Latina suele acudir a otro organismo multilateral subordinado a sus intereses, se trata de la Organización de Estados Americanos (OEA).

Cuando considera tener la certeza de dominio total, sin más ni más, sin acudir a los organismos multilaterales interviene militarmente; algunas veces, para justificar sus acciones trata de que le avalen estos organismos.

Sin embargo, tratándose de Rusia, China o las naciones que tienen cercanía fronteriza con las dos primeras no podría intervenir militarmente de manera unilateral porque ambas naciones disponen de recursos militares y nucleares que no le aseguran el éxito en sus propósitos, por ello la “Guerra mediática, ideológica y psicológica”, en aras de doblegar sin confrontación a ambas naciones, es la estrategia principal en esta etapa, además de los connatos de movilización de recursos armados sofisticados en dicha región y, desde luego, las “mesas de diálogo” para establecer “acuerdos”.

El núcleo de la demanda de esta “Alianza” comandada por los EEUU consiste en exigir al gobierno ruso que se comprometa de manera pública y verificable a no invadir militarmente Ucrania, además de que se comprometa a retirar sus tropas, ¡dentro de Rusia!, de la frontera con Ucrania, también de manera pública y verificable.

Pero considero conveniente conocer los supuestos del gobierno ruso, representado por Vladimir Putin, al respecto. ¿Qué expresa Rusia sobre la cuestión?

En primer lugar, que es inadmisible que cualquier gobierno del mundo determine qué hace o qué no hace el gobierno ruso dentro de sus fronteras, mientras que, por el contrario, los EEUU y la OTAN despliegan recursos militares fuera de sus propias naciones, amenazando la seguridad de Rusia, en este caso; en segundo lugar, que los EEUU la OTAN se comprometan a no incluir dentro de la estructura militar de la segunda a Ucrania pues ello supondría colocar bases militares en la frontera rusa de los EEUU y la OTAN, poniendo en riesgo la seguridad de ese país.

Irónicamente, pregunta Vladimir Putin, y no sin razón, ¿Qué harían los EEUU si Rusia construyera bases militares y misiles nucleares cerca de la frontera con los Estados Unidos? –Recuérdese el “Conflicto por los misiles nucleares en Cuba, durante el gobierno de J.F. Kennedy, en el año de 1962”—.

Asimismo, recuerda en sus entrevistas Vladimir Putin que el único país del mundo que produce, distribuye y ha utilizado las armas nucleares de destrucción masiva es los Estados Unidos; que la única nación que tiene distribuidas bases militares en diferentes naciones del orbe, en prácticamente todos los continentes del globo terráqueo es los Estados Unidos, que la única nación que puede atribuirse por cientos de intervenciones militares a los largo y ancho del planeta, cargando los costos humanos de estas, es los Estados Unidos; que la industria más beneficiada de los conflictos bélicos de baja o alta intensidad es la industria bélico militar, representada por los estados de Israel y los EEUU; en fin, que ellos y nadie más que ellos son quienes promueven los conflictos de tal naturaleza para engrandecer las arcas de unos cuantos.

Como puede apreciarse, bajo la argumentación rusa, antes que Rusia asuma que no realizará acción militar alguna en su frontera, deben los EEUU la Unión Europea y la OTAN comprometerse públicamente y de manera verificable a no integrar a Ucrania dentro de la segunda y no instalar bases militares de la OTAN en Ucrania.

Ahora bien. También lo expresa claramente Vladimir Putin: “¿Quién creó Ucrania como una nación estable y segura? Fue Lenin cuando creó la Unión Soviética. Fue mediante el Tratado de Creación de 1922 y la Constitución de 1924. Después de su muerte en 1924 siguió dentro de la URSS, hasta 1990”. Desde ese momento, pese al compromiso asumido por “el Este” una continua expansión de la OTAN y las bases militares de los EEUU sigue en esta región.

Bajo la base de estos argumentos, aparece ante nuestros ojos un conflicto que se encuentra en su fase de “tensión de fuerzas” sin que se perciba la intención de trascender esta etapa hacia la de “confrontación de fuerzas” pues ambas partes saben que de concretarse tal, ninguna ganaría y perderíamos todos.

Hasta donde conocemos la historia del periodo de la llamada “Guerra Fría” nunca, más allá de amagos y aspavientos, termino en una confrontación militar.

Asumo que en este caso y bajo las circunstancias que se pueden observar, asiste sin duda la razón a Rusia en sus demandas y no parece que sea una invasión militar que prolongará otro conflicto regional y más y más venta de armas, mientras los muertos vienen de allá, no de los Estados Unidos.