

Platiquemos de libros: La novela de mi vida
La novela de mi vida, escrita por el cubano Leonardo Padura, es el texto que reseña en esta entrega el autor; editada por Tusquets editores, en México
Por: Carlos Garza Falla, Visitas: 1555
De acuerdo con la cronología de la obra literaria de Leonardo Padura que uno puede recuperar en Wikipedia, La novela de mi vida ve la luz en el año 2002, y es antecedida por:
• Fiebre de caballos, Letras Cubanas, La Habana, 1988; Ed. Verbum, Madrid, 2013.
• Tetralogía de las Cuatro Estaciones:
o Pasado perfecto, EDUG, Dirección de Publicaciones, Universidad de Guadalajara, 1991 (serie Mario Conde #1)
o Vientos de cuaresma, Ediciones Unión, La Habana, 1994 (serie Mario Conde #2)
o Máscaras, Unión de Escritores y Artistas de Cuba; Tusquets, ambas ediciones en 1997 (serie Mario Conde #3)
o Paisaje de otoño, Tusquets, 1998 (Serie Mario Conde #4)
• Adiós Hemingway, Ediciones Unión, La Habana, 2001; en esta edición apareció junto a la noveleta La cola de la serpiente, de 1998. Norma publicó Adiós Hemingway en 2003 y Tusquets, en 2006 (serie Mario Conde #5).
• La novela de mi vida.
• La neblina del ayer, Ediciones Unión, La Habana, 2005 (Tusquets, 2009) (serie Mario Conde #6).
• El hombre que amaba a los perros, Tusquets, Barcelona, 2009, novela basada en la historia de Ramón Mercader, el asesino de León Trotsky que vivió sus últimos años en La Habana.
• La cola de la serpiente, versión corregida; Tusquets, 2011 (serie Mario Conde #7).
• Herejes, Tusquets, 2013 (serie Mario Conde #8).
• La transparencia del tiempo, Tusquets, 2018 (serie Mario Conde #9).
• Como polvo en el viento, Tusquets, 2020, novela sobre el exilio cubano generado a partir del Período especial.
En la lectura caigo en cuenta que Padura tiene mucho de recuperar la impronta de José María Heredia (1804-1839), a quien se considera el primer gran poeta cubano, en la literatura de la isla y del como esa literatura se hizo presente en los albores del siglo XX ya como una literatura con vida propia y ha llegado hasta nuestros días gracias a plumas como la del propio Padura.
Este habanero logra lo anterior desarrollando su narrativa en dos planos temporales diversos, el de la vida de José María Heredia en los primeros años del siglo XIX y el de los últimos días de la vida de su hijo José de Jesús Heredia a principios del siglo XX.
Y es en esa construcción narrativa en planos temporales diversos en donde Padura muestra su genialidad como explorador del alma de sus protagonistas primero y después como creador del contexto físico e imaginario en el que esas almas deambulan por su espacio y en su tiempo.
Yo llegué a este libro, motivado por el ensayo que en su libro Agua por todas partes y del cual ya platicamos aquí, en agosto del año pasado, le dedica.
En ese ensayo Padura suelta lo siguiente: “Por más que lo pienso no deja de sorprenderme el hecho de que el primer gran momento de la poesía cubana, el instante refulgente en el que cristalizan y se proyectan hacia la posteridad atisbos, sensaciones , asuntos , paisajes, sentimientos y palabras hasta entonces solo barruntadas - la palabra patria, redefinida y cargada de nuevo sentido en la poesía de Heredia - , se nos presenta acompañada de uno de los enigmas culturales , políticos y humanos más asombrosos que cualquier investigador pueda enfrentar. Porque si no hay duda de que el primer poeta, o con más propiedad, el primer gran poeta del amplio y poblado parnaso cubano es José María Heredia , no puede menos que intrigarnos el hecho de que un hombre que solo vivió treinta y cinco años haya decidido, con tan conocida vehemencia , ser el primer poeta de un país que por entonces ni siquiera existía y en el cual apenas vivió algo más de seis años la mitad de ellos en su primera infancia.”
Y es claro que en el párrafo citado Leonardo Padura nos muestra los entretelones de la motivación profunda, radical, la que va a la raíz de las cosas, que lo impulsaron a escribir La novela de mi vida y se dice rápido a escribir, obviando con ello que al acto de escritura de una novela histórica con protagonistas que se desenvolvieron en un espacio y en un tiempo determinado implica procesos de investigación meticulosos y rigurosos y el despliegue de la imaginación, como la herramienta privilegiada para recrear a los protagonistas y sus circunstancias.
Leer a Leonardo Padura es sin duda disfrutar de su seriedad como investigador y de su imaginación al servicio de la trama de las historia o historias que nos quiere platicar.
La novela de mi vida de Leonardo Padura se lee con gusto y le devela al lector mucho del ser cubano, de lo que fueron, son y muy probablemente serán, es una novela que deja aprendizajes, que se disfruta y entretiene.
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