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El pericazo sarniento (selfie con cocaína), de Carlos Velázquez - Foto: Foto: Especial

Platiquemos de libros: El pericazo sarniento

Esta vez nos reseña el autor el libro El pericazo sarniento (Selfie con cocaína) escrito por Carlos Velázquez, publicado por Ediciones Cal y Arena, en México, en el año 2017

Por: Carlos Garza Falla, Visitas: 1485

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Una de mis rutinas, antes de esto del confinamiento, era visitar frecuentemente, una o dos veces al mes, la librería de barrio Elena Garro, así le llaman, en La Conchita; misma que por su amplitud y por la riqueza de su material bibliográfico, siempre me ha resultado agradable. La verdad me tengo que hacer un poco mano de puerco para no salir con uno o dos libros.

Ahí tropecé con El pericazo sarniento (Selfie con cocaína), no lo compre ni la primera ni la segunda vez que lo tuve en mis manos y le eche un ojo, fue hasta una tercera ocasión en la que expresamente fui a buscarlo y ¿qué creen?, me lo habían movido de lugar y yo no me acordaba ni del título del libro, ni del nombre del autor.

Lo único que tenía en mi mente es que era un libro de Cal y Arena en el que el autor hablaba de su adicción a la cocaína. Con esa escueta información me acerque a uno de los jóvenes que esa tarde atendía a quienes visitábamos la librería, el cual de inmediato me condujo a donde se encontraba. Tomé un ejemplar en mis manos, leí nuevamente la contraportada, y acto seguido, me dirigí a la caja y lo pagué.

Camine a casa sintiéndome poseedor de un tesoro, en general es un sentimiento que experimento siempre que llevo un libro nuevo conmigo. En casa confirmé que efectivamente tenía un tesoro tan solo al leer su primer párrafo: “La cocaína llegó a mi vida como la zapatilla al pie de Cenicienta”. 

El pericazo sarniento (Selfie con cocaína) es un libro que me despaché muy rápido, en dos tres noches de insomnio y todo el tiempo mantuvo para mí su tensión dramática y la experiencia de una narrativa seductora y envolvente.

Ramón López Velarde, en un texto sublime titulado La derrota de la palabra, basado en una conferencia  que pronunció en la Universidad Popular el domingo 26 de marzo de 1916, y cuya lectura recomiendo ampliamente, dice: “Quizá la más grave consecuencia del lenguaje postizo y pródigo consista en el abandono del alma. Bajo el despilfarro de las palabras, el alma se contrista, como una niña que quiere decirnos su emoción y que no puede, porque se lo impide el alboroto de un motín. Sabe callar el alma como una enamorada, pero la aflige que su galán sea desatento, y que, por esparcirse en oratorias superficiales, la olvide neciamente. De mi parte, confieso que, para recibir el mensaje lacónico de mi propia alma, me reconcentro con esa intensidad con que en el abismo de la noche sentimos el latido infatigable de nuestras sienes y estamos escuchando el roce metódico de nuestra sangre en la almohada. El alma finca sus delicias en transmitirnos su confidencia; pero exige para ello una soledad y un silencio de alcoba. Yo anhelo expulsar de mí cualquier palabra, cualquiera sílaba que no nazca de la combustión de mis huesos. Y si me urge desterrar el más borroso vestigio de cosas extrañas a mis sustancias, es porque en mi alma convulsa hay una urgencia de danza religiosa y voluptuosa de un rito asiático. Y la danzante no abatirá sobre mis labios su desnudez ni su frenesí mientras oiga mascullar una sílaba ociosa”.

Traigo a colación lo dicho por López Velarde porque desde los primeros renglones de El pericazo sarniento (Selfie con cocaína) hasta su punto final tuve la sensación que las palabras ahí expresadas, que las silabas ahí construidas por Carlos Velázquez nacen de “la combustión interna de sus huesos”.

Si me atengo a la definición de viñeta literaria como un “recuadro delimitado por líneas que representa un instante de la historia”, creo que es posible afirmar que este libro que reúne 33 viñetas de una única historia: la de la relación de Carlos Velázquez con la cocaína. Todas ellas en verdad memorables. Menciono a continuación los títulos de algunas de ellas.

Gente poseída por las drogas, Mi primer conecte, En las cantinas deje mis primaveras, No fueron las pastillas fueron los hombres de gris, This Yesterday, San Pedro, Los años del plomo, Miedo y asco en Lima, Más de lo que te imaginas me estoy portando dark y me fascina, Me estoy sintiendo bien de cuerpo y alma. 

La única historia que representan los instantes platicados en El pericazo sarniento (Selfie con cocaína), van de cuando el protagonista, tenía doce años, a los 39 años que tenía en 2017, cuando se publica el libro.

En la viñeta Mi primer conecté se lee: “Fumé mota por primera vez a los doce años. Martín, mi medio hermano y mi primo Tony me iniciaron con la amenaza de cortarme los güevos. No era necesario amedrentarme. Soy un Velázquez, no existe hijo de mi padre que no haya probado la droga. No hice click con la yerba. Desconozco el motivo. Lo atribuyo a mi personalidad celerina. Me cuesta la apacibilidad”.

En la viñeta Me estoy sintiendo bien de cuerpo y alma se lee: “Los adictos también poseen sueños. El mío es quedar tablas con la coca. Mi corte de caja, a unos días de cumplir cuarenta años es bastante decente. Nunca he sufrido una sobredosis. Jamás he caído en una clínica de rehabilitación. No me he prostituido por drogas. Ni me han arrestado por posesión de sustancias. Coca nada te debo. Coca estamos en paz”. 

Y entre “Mi primer conecté” y “Me estoy sintiendo bien de cuerpo y alma” quienes se den oportunidad de leer El pericazo sarniento (Selfie con cocaína), se estarán aventurando a acompañar a Carlos Velázquez en un recorrido a un territorio de nuestro mundo que, aunque sabemos que ahí está no nos gusta mirarlo y menos aún reconocernos en él.

Carlos Velázquez nació en 1978, en 1990, fue su primer conecté y de entonces al 2017 su gran compañera ha sido la coca, y según las viñetas que nos comparte en El pericazo sarniento (Selfie con cocaína), ha vivido con ella y para ella y desde esa relación simbiótica ha sido testigo del mundo del tráfico de drogas, de la preguerra contra las drogas de Felipe Calderón y la verdad es que su testimonio da mucho que pensar.

La viñeta Los años del plomo es sin duda todo un tratado del cómo la droga, pese al slogan de Calderón, siguió llegando a los hijos, solo que en una peor calidad. “Lo que más dolió fue la merma de la calidad del producto. Los Zetas comenzaron a rebajar la droga con agua de acumulador, raticidas y pesticidas. Los dílers de antes, la cortaban con inositol, los más fresas con pseudoefredina y el resto. (…) Personas que habían hecho de la coca su estilo de vida no pudieron evitar consumir la porquería de Los Zetas. Y comenzaron a acusar todo tipo de problemas de salud, el principal, complicaciones nasales, el nuevo producto quemaba las fosas nasales”.

El pericazo sarniento (Selfie con cocaína) es un libro único en su tipo y por ello es de lectura obligada para poder sostener un conversación profunda y radical del vivir con drogas, realidad que forma parte de nuestra cotidianidad.

Termino con algunos datos de Carlos Velázquez es originario de Torreón, Coahuila, nacido en 1978, según la Wikipedia su obra es la siguiente :

Cuentos

Cuco Sánchez blues, Editorial La Fragua, México 2004.

La Biblia Vaquera, Editorial Conaculta, México, 2008; Sexto Piso, 2011.

La marrana negra de la literatura rosa, Sexto Piso, México, 2010.

La efeba salvaje, Sexto Piso, México, 2017.

Despachador de pollo frito, Sexto Piso, México, 2019.

No ficción

El karma de vivir en el norte, Sexto Piso, México, 2013.

El pericazo sarniento: selfie con cocaina, Cal y Arena, México, 2017.

Aprende a amar el plástico, Cal y Arena, México, 2019.

Termino con esta cita de un artículo de María Isabel Saldaña: “Carlos Velázquez, es uno de los autores más reconocidos en la última década del siglo XXI. Amigo de Sergio González Rodríguez que cuando leyó a Carlos quedó encantado y escribió un comentario que le ha valido al novel escritor nuevos lectores: ‘Después de Carlos Velázquez, la literatura del norte hacia el futuro ha comenzado a ser otra cosa’”.

Twitter: @cgf59

Facebook: Carlos Garza Falla

Instagram: Carlos Garza Falla

carlosgarzafalla@gmail.com

 

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