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Cuando visité a Aurora Velasco en febrero de este año, suceso que narré en el Platiquemos de libros del 28 de febrero pasado, me regaló dos libros, Hasta el año que viene y Cuestión de tiempo (relatos). Es de este segundo libro que voy a platicar hoy.

De acuerdo con información disponible: “Un relato es un conocimiento que se transmite, por lo general en detalle, respecto a un cierto hecho. El concepto, que tiene su origen en el vocablo latino relātus, también permite nombrar a los cuentos y a las narraciones que no son demasiado extensas”, de esto trata esta, reúne 32 relatos, 31 de ellos titulados con el nombre de la protagonista y uno titulado Sin nombre.

Se trata de 32 relatos en los que las protagonistas centrales son mujeres y en relación con quienes Aurora nos trasmite su conocimiento de ciertos hechos que les dan ese carácter.

Uno de los epígrafes de autoría anónima con los que Aurora presenta esta colección de relatos dice: “Soy escritora, todo lo que digas podrá ser usado en una de mis historias. Es cuestión de tiempo”, da clave una clave de lectura fundamental. La autora se asume como amanuense de hechos que ha escuchado, que le han contado, que ha observado y que se ha visto impulsada, en un primer momento a registrar, para posteriormente dejarlos en libertad y permitir pasen a formar parte de quien los haga suyo mediante la lectura.

Yo me aproxime a Cuestión de tiempo de dos maneras diferentes, la primera de ellas casi que, de corrido, en tres sentadas, queriendo ver los relatos como un todo e intentado desentrañar los vasos comunicantes entre ellos. La segunda, relato por relato, dándole a cada historia la oportunidad entregarme su especificidad.

Disfrute mucho ambas maneras de leer, la primera me entregó un abigarrado mural de experiencias femeninas frente a la vida, frente al dolor, frente al amor. Un abigarrado mural de la manera en la que muchas mujeres de nuestro tiempo viven su cotidianidad, la más de las veces como en segundo plano en un universo dominado por el macho, por el patriarca, por el varón. La segunda manera de leerla me entregó 32 maneras de vivir diversos rasgos de la vida desde la especificidad femenina.

Este es un libro con muchos méritos, bien escrito, ágil, elocuente, que sabe apoderarse de la atención de quien lo lee y que le inocula al lector el deseo, la inquietud de aprender a mirar atrás de las fachadas. “Estos relatos tratan – escribe Aurora en la contraportada -  de sacar a la luz la vida que ocurre más allá, de lo que vemos con los ojos, en ese espacio oculto para los demás, en lo más profundo de cada persona. Eso que se vive en privado, que no se dicen pero que pasa porque en la vida muchas cosas son cuestión de tiempo”.

Termino diciendo que si alguien entre quienes me leen se interesa en los libros de Aurora se pueden poner en contacto directo con ella en aurora.velascoa@gmail.com o a través mío.

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