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Albert Einstein dijo: "Dios no juega a los dados".

Su colega físico Niels Bohr le respondió: "Deja de decirle a Dios lo que debe de hacer".

En el siglo XIX, el gran poeta francés Stephane Mallarmé escribió: "Un golpe de dados jamás abolirá el azar".

¿Qué es el azar? El Diccionario de la Real Academia (DRAE) dice que el azar es "casualidad, caso fortuito". Del azar hemos pasado a la fortuna. Va la definición de fortuna: "circunstancia casual de personas y cosas; suerte favorable". Como verán, la serpiente se muerte la cola: azar, suerte, casualidad...

Fortuna, imperatrix mundi, dice la pieza que abre Carmina Burana, la gran composición de Carl Orff. La fortuna, emperadora del mundo.

¿Azar o Destino?

Dice el DRAE: "Fuerza desconocida; encadenamiento de los sucesos considerado como necesario y fatal". Fatal viene de Fate:

El Diccionario Oxford dice: Fate: "the development of events outside a person's control, regarded as predetermined". (El desarrollo de eventos más allá del control de una persona, visto como predeterminado).

Ante esta pandemia, ¿azar o Destino? ¿Suerte, casualidad, o algo "predeterminado"?

No sé si hay un Destino. En mi televisión tengo el aparato que graba los programas. En el evento de homenaje a Kobe Bryant, pasaron un video. La línea de la vida en su mano era muy corta, acorde con su temprana muerte. ¿Era su Destino? No lo sé.

Lo que sí sé es que lo que depende de mí es mi actitud, no ante la muerte, sino ante la vida. Yo puedo decidir, yo decido, vivir cada día de mi vida agradecido por ese regalo y dispuesto a dar lo mejor de mí a los demás. A mi hijo, a mis amigos, a los lectores de estas líneas, a la señora que me ayuda en la casa, a los que quiero y a los que me quieren. Amar, agradecer, servir, ofrecer lo que uno sabe, ayudar, crear comunidad. De eso se trata la vida... ¿o no?

Sigámonos cuidando, sigamos dando lo mejor. Siempre, no por el coronavirus. (A Pedro Álvarez Colín).