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Para leer en cuarentena: III de XL. Cimbelino

Durante cuarenta días compartiré con mis amigos textos y reflexiones, no solamente literarios. Lo haré con la convicción de que la literatura y el debate inteligente son antídotos contra el tedio, la ansiedad y el catastrofismo

Por: José Antonio Lugo, Visitas: 980

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¿Qué mejor en cuarentena que releer a Shakespeare? Al azar abro mi preciada edición de Aguilar (1945), en traducción de Luis Astrana Marín, que seguramente compró mi padre y yo heredé y luego mandé encuadernar.

El azar abrió las páginas de Cimbellino, obra escrita en 1610, después de sus obras principales.

En ella, como en Otelo, hay una equivocación surgida de los celos y un personaje que, como Yago, los hace surgir y desarrollarse. A diferencia de la obra del moro de Venecia, el final es feliz.

Leonato Póstumo es desterrado y abandona a su esposa Imogena, en cuya fidelidad cree ciegamente. Hace una apuesta con Iachimo, que espera seducirla. Ella no acepta sus tentativas amorosas. Él aprovecha que duerme para observar su cuerpo. Tiene un lunar en la parte superior de uno de sus pechos, detalle con el que convencerá a Póstumo de que ella ha sido suya.

Dice Iachimo: "¡Oh, sueño, imitador de la muerte, gravita pesadamente sobre ella, y dale la insensibilidad de una estatua fúnebre que estuviera yacente en una capilla!".

Ver a una mujer, como si estuviera muerta para, de alguna manera, poseerla. Es el tema de La casa de las bellas durmientes, del Premio Nobel de LIteratura Yasunari Kawabata, donde los ancianos ven a mujeres jóvenes que duermen o fingen hacerlo. Su inmovilidad permite que en su imaginación las hagan suyas.

Es también un motivo en la maravillosa novela de Marcel Proust, A la búsqueda del tiempo perdido, donde el narrador ve a Albertine dormida "como los minerales y las plantas" y la siente más suya así que cuando está despierta y no obedece a sus deseos.

Cimbalino, Kawabata, Proust...

Y el lenguaje de Shakespeare: "¡Mira, yo misma saco la espada! Tómala y hiere el inocente palacio de mi amor, mi corazón. No temas: está vacío de todo, excepto de dolor".

Sigamos cuidándonos... Que estas notas y todo lo bello con lo que nos alimentemos en estos días sean el antídoto y la resistencia...

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