Masiosare agencia de noticias

Sucursal de Tepoznieves, nevería tradicional morelense, que se convirtió en franquicia - Foto: Foto: Especial

El ensayo de hoy: Helados

Recorrido por la nostalgia y por las heladerías tradicionales de la Ciudad de México, de las cuales, como en todo el país, quedan pocas justamente ante el avance voraz de las franquicias nacionales e internacionales

Por: José Antonio Lugo, Visitas: 1748

Compartir la nota por:

 

Cuando era niño, mi generación vio en la televisión un anuncio que describía la siguiente escena: un niño pequeño trae en la mano un helado. Un perro se acerca y el infante le acerca al can su barquillo. El perro engulle en un segundo el helado; el pequeñín llora desconsolado, su padre le compra otro cono y el niño sonríe. La voz en off dice: "Seguros América Banamex: protección con sentido humano".

¿A quién no le gustan los helados? La historia de este postre atraviesa los siglos y avanza en forma paralela a las distintas tecnologías para crear y mantener una baja temperatura.

Viejas heladerías de la ciudad de México se sostienen con gallardía ante los embates de las franquicias de helados industriales. Pienso en Chiandoni, en la Nápoles; en La bella Italia, de la Roma; en La Siberia, de Coyoacán; Roxy, en Condesa y ahora en la Cineteca. Mi favorita es a la que me llevaba mi papá: La especial de París en la San Rafael, de la familia Lozada, que atienden mi querido amigo Vicente, compañero de prepa, y su hermano.

Dolores Espinosa, poeta para niños de Gran Canaria, escribe: "Llega el verano ¡Menudo calor! / Menos mal que el heladero / también llegó. / Helados de fresa / y un toque de cereza / para quitarle a usted la pereza".

Lo último

También podría interesarte

Opinión

Hombres, guardemos silencio, reflexionemos

El feminismo no es contra nosotros, es por ellas, las están matando; ¿cuántas veces, usted amigo, ha participado por acción o por omisión, en agresiones contra mujeres? ¿Cuántas veces hemos sido cómplices?