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Encuentro en una librería de viejo -por 20 pesos- el libro El Japón heroico y galante, del escritor guatemalteco Enrique Gómez Carrillo (1875-1927), publicado por Editorial Novaro en 1958.

Gómez Carrillo se casó con una salvadoreña a la que conoció en París, Consuelo Suncín. Once meses después de su boda, el escritor murió de un derrame cerebral. Viuda y con dinero, Consuelo se fue a vivir a Argentina, donde le presentaron a Antoine de Saint-Exupéry, el autor de El principito, quien trabajaba como piloto en la Aeropóstale. Ella es "la rosa". En el libro Memorias de la rosa, ella cuenta post mortem su relación tormentosa con el escritor francés. A su muerte, Consuelo fue enterrada en Francia al lado de los restos de Gómez Carrillo.

El libro sobre Japón del escritor guatemalteco ha envejecido tanto como el ejemplar que leí, cuyo papel emite un polvo digno de los faraones. Rescatemos algún fragmento: "En el Japón los dioses mismos aman el suicidio. Cuando Suzanoo, dios de las tempestades, supo que su madre vivía en los infiernos, pidió a Izanami que le permitiera 'llegar hasta la muerte' para poder abrazar a la que le había dado el ser. Por eso las olas, por eso los aquilones dicen eternamente los lamentos del huérfano que desea morir".

Gómez Carrillo, Consuelo, Saint-Exupéry. Una pequeña constelación de astros luminosos.

(hoy (23/10/19) llegamos a El ensayo de hoy número 100: Gracias a todos por leerlos).