Compartir la nota por:

Los casos de tortura cometidos por agentes del Estado en Morelos se incrementaron 200 por ciento, de acuerdo con un reporte presentado por la organización civil Causa en Común, misma que presentó su “galería del horror, atrocidades y eventos de alto impacto registrados en medios de comunicación”.

De acuerdo con la organización, el año pasado fueron documentados 79 casos de tortura en la entidad. La cifra fue superior en 216 por ciento comparada con 2020, cuando sólo se pudieron documentar 25 casos. De hecho, Morelos fue la tercera entidad con más casos documentados de tortura, por debajo de Puebla (85) y Chihuahua (84).

De los casos que fueron documentados por Causa en Común, se presentó el de Jimena, ocurrido en 2019, quien fue torturada por elementos de la Comisión Estatal de Seguridad de Morelos, justamente en uno de los separos de la dependencia en Zacatepec, donde le vendaron los ojos, la asfixiaron con una bolsa en la cabeza, la abofetearon y le dieron patadas en las piernas y en la espalda.

Además, de acuerdo con la denuncia, le quemaron el lóbulo de la oreja y el dedo índice de la mano izquierda. También le tablearon los glúteos y con unas pinzas le apretaron un dedo hasta casi arrancarlo. Todo esto está contenido en una declaración presentada ante la Comisión de Derechos Humanos de Morelos, quien en febrero pasado presentó una recomendación contra la policía estatal.

Según la declaración, Jimena fue detenida en Zacatepec, al sur de Morelos, cuando viajaba en una motocicleta con otra persona. La detención ocurrió a las 11 de la mañana del 14 de mayo de 2019, sin embargo, fue presentada ante las autoridades competentes hasta casi las 19 horas. Durante ocho horas fue sometida a tormento en los separos en Zacatepec, según el documento.

El médico del centro de arresto municipal había certificado que Jimena no tenía lesiones al ingresar, sin embargo, ocho horas después, el médico de la fiscalía documentó las lesiones que presentaba luego de la tortura. El 16 de mayo de 2019 fue trasladada al penal distrital de Jojutla. Un juez la dejó en libertad cinco días después. Desde entonces no se sabe nada de su paradero, por lo que no se descarta que haya sufrido algún tipo de represalia.