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El acuerdo laboral que fue alcanzado hace unos días entre el sindicato y la empresa Nissan Mexicana logró el compromiso de la parte de laboral de no realizar más recortes de personal en lo que resta del año y que se mantendrá la producción en la segunda línea de trabajo.

Como se informó oportunamente, la empresa armadora japonesa despidió en enero pasado a 530 obreros, quienes tenían una antigüedad de entre 10 y 15 años de trabajo. El recorte se derivó de las condiciones que dejó la crisis económica mundial del sector automotriz que provocó la pandemia de covid-19, lo que obligó a la cancelación de la producción de los modelos L02D y l02B.

En el fondo siempre estuvo el fantasma del cierre total de la planta en Morelos, pues antes se había decidido el traslado de la producción de la línea 1 a la planta armadora de Aguascalientes. En la planta de Civac sólo quedó después de ello el trabajo de ensamble de camionetas pick up.

De al menos mil 200 trabajadores, casi la mitad de ellos fueron prácticamente obligados al retiro con la promesa del 150 por ciento de liquidación. Para mitigar el impacto de los despidos, la Secretaría de Desarrollo Económico y del Trabajo (SDEyT) que encabeza Cecilia Rodríguez González, informó que los despedidos podrán ser capacitados para que pudieran ser incluidos en el Programa Nacional de Empleo y se negó de manera rotunda que pudieran llegar a un cierre definitivo de las instalaciones.

El pasado lunes la dependencia estatal dio a conocer que el sindicato de Nissan y la empresa habían llegado a un buen término en cuanto a la legitimación del acuerdo por revisión integral del contrato colectivo de trabajo de la base trabajadora, en donde mil 258 trabajadores aprobaron dicho pacto, traducido a un 99 por ciento de aceptación, con el 6.5 por ciento de aumento salarial y prestaciones de 0.5, pero con el compromiso de que en lo que resta del año no habrá ningún despido, por lo que de manera unánime fue aceptado por los obreros.