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El domingo 17 de abril murió el diputado priísta Juan José Yáñez Vázquez y en los siguientes dos días ya habían llegado dos solicitudes de llamamiento, como se conoce al proceso para ocupar una suplencia, de dos personajes que consideran que les corresponde ocupar la curul vacante.

Se trata de Gabriela Marín Sánchez, quien es la siguiente en la lista de prelación de los diputados plurinominales del Partido Morelos Progresa, fuerza política a la que originalmente pertenecía el occiso, y Roberto Yáñez Moreno, quien ocuparía el siguiente lugar en la misma lista, pero que reclamaría el espacio por un tema de género.

El lunes llegó la solicitud de Marín Sánchez y al día siguiente la de Yáñez Moreno, quien además es sobrino del extinto diputado.

El presidente de la Mesa Directiva dijo que las solicitudes serán enviadas de inmediato al Pleno del Congreso para que después se envíen a la Junta Política y de Gobierno (JPyG) y sean analizadas por los coordinadores de los grupos parlamentarios. Lo que ocurrió el miércoles pasado.

De manera extraoficial se informó que los coordinadores de las fuerzas políticas, principalmente del ahora del G-10, pretenden atender el tema de forma urgente para que, a más tardar la próxima semana se presente un acuerdo político ante el Pleno que planteé la propuesta de la persona que ocupará la diputación local.

Aunque se ha señalado que el ciudadano que supla a Juan José Yáñez tendrá que cumplir con el principio de paridad de género y las acciones afirmativas a favor de la comunidad indígena, tal y como estaba registrado el hoy exdiputado, solo Gabriela Marín -cuñada del exdiputado José Manuel Tablas Pimentel- cumple con la autoadscripción indígena.

Roberto Yáñez Moreno cumple con el hecho de ser del género masculino, pero no con la autoadscripción indígena, pues su candidatura fue registrada como representación de la comunidad lésbico-gay.