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Las personas que vivimos en México tenemos garantizado el derecho constitucional a la conectividad en el Artículo 6 ¿por qué? porque tener conexión a Internet no es un lujo, es un catalizador para el desarrollo de las personas y, en su conjunto, de un país.

La importancia de la conectividad para el desarrollo está reconocida por la Agenda 2030, en el objetivo 9 sobre infraestructuras sostenibles, específicamente, en la meta 9.c dice: “aumentar significativamente el acceso a la tecnología de la información y las comunicaciones y esforzarse por proporcionar acceso universal y asequible a Internet”. Las buenas prácticas dicen que el acceso universal significa que 96% de la población tenga acceso a Internet.

Sin embargo, en México solo el 72% de la población tenemos acceso a Internet.

¿Por qué? bueno yo lo divido en 2 grandes excusas: la primera, es que para las grandes empresas no es rentable conectar poblaciones de menos de 2 mil habitantes. Lo que es cierto, sin embargo, contamos con una empresa público-privada, Altan, diseñada para otorgar servicio a estas poblaciones. La segunda, es que tenemos un país geográficamente muy complicado que requiere de mayor inversión para poder llevar señal a través de las cadenas montañosas.

Para esta segunda opción, existe el internet satelital. Esta tecnología es wireless, es decir, no hay que instalar cables y antenas, y funciona como cuando cuando teníamos TV por Sky en las casas; se instala un plato con antena para recibir la señal, la antena está conectada a un router y, en este caso, conectas los dispositivos por Wifi de la misma forma en que nos conectamos todos los días. ¿Suena fácil, no?

Pues esta tecnología ha estado siendo utilizada desde hace más de 10 años en las áreas rurales de Estados Unidos por aproximadamente 1 millón de usuarios. Pero cuando en 2018 Elon Musk declaró que iba a conectar a todo el mundo con sus satélites Starlink, la industria adquirió mayor popularidad.

Se calcula que en 2020 el mercado de internet satelital generó $2.8 billones de dólares, pero se estima que puede llegar a generar $18 billones en 2030. Es decir, es una industria que está comenzando a acelerarse y ¡se nota! pues ya tiene la inversión de los 2 más ricos del mundo: Elon Musk con Starlink y Jeff Bezos con Amazon One Web.

Para darnos una idea de las inversiones de estos 2 magnates, la compañía número 1 de Internet satelital, Hughes Network Systems, tiene 1 millón de usuarios con solo 40 satélites. Pero, según los últimos datos, Starlink ha lanzado más de 2500 satélites a órbita en los últimos 3 años. Seguido por Amazon que actualmente tiene 600 satélites en órbita.

La mala noticia es que la manera más barata de llevar conectividad a los 3 billones de personas que se encuentran sin conectividad en el mundo, muy pronto va a ser dominada por los Señores del Internet. Sin embargo, por lo menos Starlink se ha auto-declarado una empresa comprometida con la conectividad universal y ha comenzado a hacer donativos de terminales satelitales en Perú y Brasil. Mínimo.

En México el tema no ha cobrado relevancia en la agenda pero la tecnología ya está disponible. En 2021 Starlink obtuvo el permiso para utilizar la banda K del espectro para dar sus servicios en México, pero todavía no tenemos datos de cuántos usuarios tiene.

Lo que sí sabemos hasta el momento es que las constelaciones de satélites tienen enormes costos ambientales pues al terminar su vida útil los satélites se vuelven basura en la atmósfera. Además de que las luces que emiten impactan a los astrónomos que intentan explorar el espacio y a las aves migratorias

Así que nos encontramos ante una disyuntiva: el internet satelital puede ser una solución rápida y asequible para lograr las metas de desarrollo y conectar a los más de 6 millones de personas en México que viven sin conectividad. Sin embargo, la industria parece estar siendo dominada rápidamente por intereses contrarios a la conectividad universal y accesible que estamos buscando. ¿La solución? como siempre la solución está en las manos de los reguladores y de los inversionistas.

Para más ideas inconexas, en @yeyicapdeville