Masiosare agencia de noticias

La guerra sigue en Ucrania (Imagen: Konstantin Muhalchevsky/Sputnik) - Foto: Foto: Agencias

El camino de la vida: Rusia-Ucrania, otro

Apuntes Adicionales para el análisis del affaire Rusia, Ucrania, Estados Unidos de América, Unión Europea, Organización del Tratado del Atlántico Norte

Por: J. Enrique Álvarez Alcántara, Visitas: 649

Compartir la nota por:

 

La guerra no es simplemente un acto político, sino un verdadero instrumento político, una continuación de la actividad política, una realización de la misma por otros medios. Lo que queda aún de peculiar a la guerra se refiere solamente al carácter peculiar de los medios que utiliza. El arte de la guerra en general y el jefe en cada caso particular pueden exigir que las tendencias y los planes políticos no sean incompatibles con estos medios y esta no es insignificante, pero por más que reaccione poderosamente en casos particulares sobre los designios políticos, debe considerársela siempre solo como una modificación de los mismos: el propósito político es el objetivo, mientras que la guerra es el medio, y el medio no puede ser nunca considerado separadamente del objetivo.

Karl Von Clausewitz

 

La guerra no es otra cosa que un duelo en una escala más amplia. Si concibiéramos a un mismo tiempo los innumerables duelos aislados que la forman, podríamos representárnosla bajo la forma de dos luchadores, cada uno de los cuales trata de imponer al otro su voluntad por medio de la fuerza física; su propósito inmediato es derribar al adversario y privarlo de toda resistencia. La guerra es, en consecuencia, un acto de violencia para imponer nuestra voluntad al adversario.

Karl Von Clausewitz

 

Amables lectores que siguen El Camino de la Vida, nuevamente me propongo escribir algunas reflexiones sobre el asunto del affaire Rusia, Ucrania, EUA, UE, OTAN y compartirlas con ustedes a modo de apuntes para el análisis.

Desde luego que una pregunta o interrogante ha dado pie tanto a la colaboración precedente (Notas necesarias para comprender, explicar y aceptar o no los sucesos en torno a Ucrania, www.masiosare.org, 01 de marzo del 2022) como a ésta; a saber:

¿Qué conjunto de condiciones históricas, económicas, políticas y geoestratégicas de la realidad del último siglo transcurrido –Siglo XX y lo que va del XXI— hicieron posible el origen y el desarrollo de los recientes sucesos político-militares y económicos en torno al affaire Rusia, Ucrania, EUA, UE, OTAN?

No pretendo, por el momento, emitir juicios éticos, morales o ideológicos que condenen a uno u otro, o a todos los actores de este evento; más bien, intento aportar elementos de juicio que permitan, posteriormente, asumir una postura explícita y sin dobleces, en la parte conclusiva de esta colaboración.

No tengo duda de que bajo las circunstancias que ocurren en Europa del Este parece inevitable que debamos estar en contra de “La Guerra” como herramienta para imponer por la fuerza un conjunto de condiciones políticas y económicas a quienes, por otras vías o por otros medios, no estuvieron dispuestos a aceptarlas. Sin embargo, debemos admitir que no todas las guerras tienen el mismo carácter, la misma naturaleza o los mismos fines; por lo tanto, es importante reconocer que hay “Guerras” ética, moral y políticamente justas, por ejemplo: las guerras de liberación y con ellas todas aquéllas que se impulsan para terminar con las relaciones de dominio/subordinación y con la explotación del ser humano por otros seres humanos.

Debo señalar que gran parte de estas reflexiones y Notas Adicionales se sustentan en la lectura, desde hace varios años, de los trabajos siguientes: 1) Friedrich Engels, El papel de la violencia en la historia, 2) Antonio Gramsci, El moderno príncipe, 3) Nicolás Maquiavelo, El príncipe, 4) Tzun Tzu, El arte de la guerra, y 5) Carl Von Clausewitz, De la guerra, por no enunciar una larga lista de referencias.

Vayamos pues a los apuntes y luego a la exposición de algunas conclusiones.

Primer Apunte. De la Guerra. Como explícitamente se dice en los dos epígrafes de Von Clausewitz,

La guerra no es simplemente un acto político, sino un verdadero instrumento político, una continuación de la actividad política, una realización de la misma por otros medios (…) el propósito político es el objetivo, mientras que la guerra es el medio, y el medio no puede ser nunca considerado separadamente del objetivo.

Asimismo, adicionará claramente que “La guerra es, en consecuencia, un acto de violencia para imponer nuestra voluntad al adversario.”

Tomando como punto de partida estas dos premisas, es imprescindible interrogarnos sobre la naturaleza político/económica de los antecedentes y condiciones que hicieron posible el desenlace de carácter militar de esta guerra. Para responder esta pregunta se requiere, a su vez, la admisión de que no únicamente la fase militar de la guerra es violenta, de la misma manera es comprensible que tanto las etapas política, económica, mediática y jurídica del conflicto que analizamos suelen ser violentas. Esto es, que el carácter de violento no se reduce a la fase militar de las guerras. También debemos hacer explícito el hecho de que la guerra tampoco se reduce a su fase militar; las acciones de naturaleza mediática, económica, política, jurídica o psicológica forman parte de una estrategia de guerra que, según sus etapas o momentos, condiciones, lugares y recursos, se deciden y se instrumentan. En virtud de lo que recién expongo, es verosímil la afirmación de que esta guerra que ahora se ha hecho evidente, no surge espontáneamente ahora por que un personaje, cualquiera sea éste, decidió hacer una guerra, su guerra.

Esta guerra no aparece el mes de febrero del 2022; existe desde mucho antes de la expresión de esta en su fase militar, aún y cuando hasta ahora mediáticamente se le dé una difusión que forma parte de la propia guerra, no surge en este momento, simplemente es ahora cuando tomamos conciencia de ella.

Tzun Tzu expone, desde un principio, clara y nítidamente que:

El arte de la guerra se basa en el engaño. Por lo tanto, cuando es capaz de atacar, ha de aparentar incapacidad; cuando las tropas se mueven, aparentar inactividad. Si está cerca del enemigo, ha de hacerle creer que está lejos; si está lejos, aparentar que se está cerca. Poner cebos para atraer al enemigo.

Bajo la lógica de tal tesis debemos asumir que toda la “información” que sobre esta situación circula en las “redes sociales”, lo mismo que la que es esparcida a través de los diversos medios de información, forma parte de la trama guerrera y, como se expresa popularmente, lo primero que se abate en estos conflictos es la verdad. En virtud de ello, para quienes nos proponemos comprender, explicar e interpretar los acontecimientos, debemos necesariamente ser cautelosos con la “información” e ir más allá tratando de acercarnos lo más verosímil posible a las condiciones que hicieron posible este suceso y esta fase de un proceso social sumamente complejo.

Los adversarios, que en esencia son la tesis y la antítesis de esta contradicción, se valen de ello desde antes de la expresión militar de la guerra, durante la misma etapa, y al término de esta. Si la naturaleza de la contradicción no se resuelve definitivamente, con harta seguridad en otros momentos pudiera aparecer otra fase militar de esta guerra.

Otra vez Tzun Tzu nos dice:

Las armas son instrumentos de mala suerte; emplearlas por mucho tiempo producirá calamidades. Como se ha dicho: "Los que a hierro matan, a hierro mueren." Cuando tus tropas están desanimadas, tu espada embotada, agotadas tus fuerzas y tus suministros son escasos, hasta los tuyos se aprovecharán de tu debilidad para sublevarse. Entonces, aunque tengas consejeros sabios, al final no podrás hacer que las cosas salgan bien.

Es comprensible que, bajo esta tesis, la fase militar de la guerra no pueda ni deba prolongarse demasiado porque ello condenaría a quien tomó la decisión a una “derrota”, si no militar, sí política y económica, a mediano plazo y a la no consecución de los objetivos políticos y económicos.

Tampoco el propósito político y económico sería la anexión de un territorio que ofrece resistencia a dicha “integración” política porque dicho suceso condenaría la acción política al fracaso, a mediano o largo plazo. El gobierno de los Estados Unidos de América (EUA) ha sido muestra clara de ello a lo largo de la segunda mitad del Siglo XX y lo que llevamos del XXI en sus guerras de intervención por el mundo.

Por su lado, F. Engels expresa en su análisis:

En 1815, el congreso de Viena vendió y repartió Europa de tal manera que el mundo entero pudo convencerse de la incapacidad total de los potentados y los hombres de Estado. La guerra general de los pueblos contra Napoleón fue la reacción del sentimiento nacional de todos los pueblos por él pisoteados. En recompensa, los príncipes y diplomáticos del congreso de Viena pisotearon todavía con más desprecio ese sentimiento nacional. La dinastía más pequeña valía más que el pueblo más grande. Alemania e Italia volvieron a ser divididas en pequeños estados. Polonia fue desmembrada por cuarta vez, Hungría siguió subyugada. Y no se puede decir siquiera que los pueblos hayan sido víctimas de una injusticia: ¿por qué lo admitieron y por qué saludaron al zar ruso como su liberador?

Esta cita facilita la comprensión de que la disputa de Europa y su distribución política y económica se encuentran en la base de los conflictos armados que, desde los Siglos XIX y XX, y ahora el XXI, son el objeto del deseo de las “Potencias” que en sus diferentes momentos se apropiaron de extensas regiones —y no sólo dentro de Europa, sino también de África, Asia, Oriente y América— para con ello apropiarse de sus recursos y sus riquezas. He aquí el quid de las distintas guerras —sean de “baja” o alta intensidad—- que se promueven e impulsan en aras de imponer un “orden político y económico internacional” que asegure la continuidad de las relaciones de dominio/subordinación donde las grandes potencias se asumen como los “gendarmes”, jueces, y defensores de su condición y privilegio. Esta misma premisa permite explicarnos el origen, desarrollo y desenlace de las dos guerras mundiales —con escenario en Europa— y los consecuentes cambios de los mapas y la geografía económica y política mundial hasta ahora.

Nuevamente escribe F. Engels:

La guerra de Crimea hizo de Francia la potencia dirigente de Europa y al aventurero Luis Napoleón, el héroe del día, lo que en verdad no quiere decir gran cosa. Pero la guerra de Crimea no aumentó el territorio francés, razón por la cual iba preñada de una nueva guerra, en la que Luis Napoleón debía satisfacer su verdadera vocación de “aumentador de las tierras del Imperio”. Esta nueva guerra ya fue preparada en el curso de la primera, cuando Cerdeña recibió el permiso de unirse a la alianza occidental como satélite de la Francia imperial y especialmente como avanzadilla de ésta contra Austria; la preparación de la guerra prosiguió al concluirse la paz mediante el acuerdo de Luis Napoleón con Rusia, a la que nada agradaba más que un castigo a Austria.

El propósito imperial o imperialista de estos conflictos, indudablemente, se halla también a lo largo de la historia de los dos últimos siglos y algo más en la base de los mismos y esta circunstancia nos conduce a la siguiente interrogante y su nota correspondiente.

¿Son acaso Rusia y Ucrania —otra vez Ucrania y Rusia— los contendientes de una disputa económica y política que ha llegado a una fase militar o, más bien, son la cúspide de una confrontación más profunda y añeja entre Rusia y los Estados Unidos de América en Alianza de intereses económicos, políticos, geoestratégicos con los países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y la Unión Europea (UE)?

Segundo Apunte. Los contendientes. Resultará fenomenológicamente obvio, para quienes se han enterado de la “Guerra en Ucrania”, al margen de los medios por los cuales se informe, que los contendientes de este conflicto son Rusia y Ucrania o, Vladimir Putin y Volodomir Zelensky, con sus respectivos ejércitos y con el escenario en Ucrania como nación invadida. Sin embargo, más allá de lo evidente, la guerra que en su etapa militar y bélica observamos hoy, con tales rostros al frente, tiene otros grupos de poder económico, político y militar, otros gobiernos y otras naciones que, como un bloque, conforman los otros frentes de batalla con los cuales se confronta Rusia y que han empujado hacia este terreno al gobierno de Ucrania.

Sin que el frente con el cual se confronta Rusia sea un monolito, sin duda alguna y pese a que Ucrania parece ser el contendiente a los ojos de todos, en la base de este iceberg, es decir en las profundidades no visibles inmediatamente, a pesar de que emergen y han emergido constantemente encubiertas con la mascarada de naciones y organismo internacionales “interesados” en la defensa irrestricta de la democracias, la paz, la justicia y el “orden establecido” desde el término de la Segunda Guerra Mundial (y, en consecuencia, en la lucha contra “las dictaduras”, “las tiranías”, “el terrorismo” y, finalmente, contra los gobiernos de Rusia y China, de Norcorea, Irán, Siria, Venezuela y Cuba, por ser los representantes más emblemáticos de dicha laya de gobiernos y dictadores), podemos hallar a los gobiernos de los Estados Unidos de América, de los países de la Europa Occidental y Oriental que conforman la Unión Europea, de las naciones que forman parte de la Organización del Tratado del Atlántico Norte y de la monarquía de Reino Unido.

Es decir, que uno de los contendientes claramente presente es el gobierno de Rusia, mientras que el otro contendiente es una especie de alianza entre los Estados Unidos de América, la Unión Europea, Reino Unido y la Organización del Tratado del Atlántico Norte. A esta alianza le denominaré la “Alianza antirrusa”.

Nótese que el organismo multilateral más importante surgido al término de la Segunda Guerra Mundial, la Organización de las Naciones Unidas, ha sido el gran ausente.

Adviértase que la “Alianza antirrusa”, lo mismo que Rusia misma, como contendientes en el escenario, desde años antes de esta fase bélica y militar del conflicto, han utilizado las diferentes herramientas de una verdadera “Guerra Prolongada”.

Ambos contendientes han diseñado y operado estrategias de guerra diferenciadas, según sea la ocasión y las condiciones, con dos propósitos claros: 1) Establecer acuerdos verificables y contrastables que satisfagan a los contendientes y, 2) Evitar al máximo la necesidad de una confrontación bélica y militar generalizada entre los contendientes; en caso de que fuera inevitable una fase bélico-militar, acotarla al rostro visible del aparente objeto del deseo, léase Ucrania, y el resto de los miembros de la alianza, instrumentar acciones de guerra militar “indirectas” —como aportar instrumentos de guerra a su púgil, Ucrania, y entregarle recursos militares diversos—, actos de guerra mediática, psicológica, económica, política y jurídica.

El propósito explícito de tales actos de guerra consiste en doblegar al adversario e imponerle por la fuerza de la violencia militar, económica, política, jurídica y psicológica la aceptación de las demandas de la contraparte. Si la “correlación de fuerzas” no le favorece a ninguno de los contendientes como para imponer sus condiciones entonces habrá la negociación de un nuevo impasse, mientras se reorganizan sus estrategias y ello seguirá irresoluble hasta que alguno posea la fuerza suficiente para doblegar al otro contendiente.

Tercer Apunte. A modo de primeras conclusiones. Si —condicional—, como puede inferirse de la trama analítica que he presentado hasta aquí, la contradicción entre los elementos que forman parte de este enredo geopolítico es irreconciliable; si —también condicional—- la correlación de fuerzas no permite a ninguna de las partes ganar el todo o nada, ergo tendrá que hallarse un punto medio que transitoriamente permita: 1) el término de la intervención militar rusa en Ucrania, 2) la independencia de Ucrania como nación, 3) El reconocimiento de Crimea como parte de Rusia, 4) El compromiso de Ucrania de mantener una “neutralidad” en la confrontación entre la “Alianza antirrusa”, 5) el compromiso de Ucrania de reconocer la autonomía de las Repúblicas de Lugansk y Donestsk, 6) el compromiso de la OTAN de que no ampliará más hacia las fronteras de Rusia la pertenencia de las repúblicas del este de Europa y, desde luego, 7) el compromiso de Rusia de que no realizará más acciones de carácter militar en Ucrania.

Asimismo, debe hacerse explícito el compromiso de los contendientes de mantener como principio de resolución de conflictos el diálogo y la mediación por un organismo multilateral creíble y no interesado con alguna de las partes en conflicto.

Y no puedo cerrar esta colaboración sin manifestar expresamente que la responsabilidad ética, política y jurídica de este conflicto es de todas las partes que intervienen en él, por lo tanto, todas las partes —léase el gobierno de los Estados Unidos de América, la monarquía de Reino Unido, la Unión Europea, la Organización del Tratado del Atlántico Norte, Ucrania y Rusia— deben asumir su responsabilidad y comprometerse con una solución negociada de las fuentes del conflicto y con el término inmediato de la intervención militar por parte de Rusia en Ucrania.

 

Lo último

También podría interesarte

Política

Covid-19: Montan hospital móvil para que Cuauhtémoc Blanco grabe un spot

El nosocomio fue armado en el Estadio Centenario sólo para la grabación; dice la Secretaría de Salud que fue “un simulacro”; el promocional lanzado en redes sociales estaría violando la Constitución federal, en cuanto a propaganda de gobernantes

Política

Morelos: Pacientes de Covid-19 firman su consentimiento para morir

En el protocolo para ingreso de pacientes al Hospital Parres, se establece que todos los casos deben firmar una hoja en la que están de acuerdo en no ser resucitados en caso de accidente cardiopulmonar; es un documento oficial de la Secretaría de Salud

Política

Covid-19, castigo por aborto, eutanacia y niños trans: Obispo

Dios nos está gritando a través de la pandemia para que hagamos un alto y reflexionemos, por jugar a ser Dios; en España, prefirieron la marcha del 8 de marzo a prevenir el coronavirus: “Ándale chiquito, para que se te quite”, afirma

Política

Atacan terminal de autobuses; hay cinco muertos

Según los primeros reportes, las víctimas esperaban abordar un autobús; se trata de jóvenes de entre 25 y 30 años; la central camionera se ubica en Las Palmas, al sur del centro de Cuernavaca