Compartir la nota por:

Recientemente (24, 25 y 26 de mayo del 2022) diversos medios informativos, así como las redes sociales, dieron cuenta de unas breves afirmaciones realizadas por el presidente de la República sobre el neoliberalismo, la corrupción y las empresas privadas, dentro del contexto de sus “Conferencias de Prensa Mañaneras”.

Como podrá apreciarse, fuera de su contexto y con encabezados o afirmaciones que resaltan lo que los heraldos pretenden magnificar o subrayar, me propongo fundar esta reflexión en la parte correspondiente a lo dicho por el Presidente, según la Versión estenográfica de la Conferencia de prensa del presidente Andrés Manuel López Obrador del 24 de mayo de 2022 (https://bit.ly/39RFvmE ). Ante pregunta recibida de una periodista sobre la situación del agua, respondió

Mi recomendación pues es que se tenga mucho cuidado. No, como dicen los académicos, no es malo per se el que una empresa administre la distribución del agua, lo que sucede por lo general es que hay corrupción. La variable, dirían los tecnócratas, corrupción es la que lo echa a perder todo.

Si hay corrupción, funciona mal el servicio público, estando privatizado o en manos de las dependencias gubernamentales. Lo que hay que evitar es la corrupción. Hay muchas denuncias en el país por la privatización del agua, por los cobros indebidos, por la mala calidad del agua, porque fueron concesiones que se hicieron para hacer chanchullo, para obtener beneficios, para cobrar sobornos, moches.

Entonces, sí hay en distintas partes, yo voy al país y hay denuncias de ciudadanos en este sentido, pero depende también de las autoridades y de los acuerdos que se tomen.

Tú, por ejemplo, me planteaste… No es un reproche, pero para que analicemos las cosas con objetividad y que podamos siempre ir al fondo. Yo considero que el principal problema de México es la corrupción. Antes no se hablaba de eso, me siento de los precursores en poner este tema en la mesa del debate. Porque ni en los discursos se hablaba de corrupción, si ustedes hacen un análisis de los discursos de 50 años a la fecha no van a encontrar la palabra corrupción, como si no existiera, y en los medios de información lo mismo.

En el Congreso, en las intervenciones de diputados, de senadores no se hablaba de corrupción y era el principal problema de México. Nada ha dañado más a México que la deshonestidad de los gobernantes, eso es lo que ha dado al traste con todo.

Bueno, dicho esto, cuando se habla del modelo neoliberal yo he llegado a sostener que, si el modelo neoliberal se aplicara sin corrupción, no sería del todo malo. Es que se puede tratar del modelo económico más perfecto, pero con el agravante de la corrupción no sirve nada. Entonces, el fondo es ese, el que impera la corrupción.

Con base en estos fragmentos de una respuesta que AMLO da en esta Conferencia de Prensa me apresto a compartir algunas reflexiones de carácter político, económico e ideológico.

En primera instancia, el Nudo Gordiano o el Quid de las calamidades que agobian a nuestra nación, pero no sólo a ella, es el de la Corrupción.

Debo explicar que he elegido la noción de Nudo Gordiano porque, según expresó el presidente, no sólo es un problema sumamente difícil de resolver, sino porque, él mismo lo manifestó, es un fenómeno que ha permanecido oculto a los ojos y consciencia de nosotros, lo mexicanos, y por ello mismo, no se habla de él ni se trata de solucionar en virtud de que parece inexistente.

Según las leyendas helénicas la trama del Nudo Gordiano se relaciona con los habitantes de Frigia, un pequeño lugar que se halla en la actual Turquía (Guadalupe Arredondo ¿Qué es un nudo Gordiano? Algarabía, algarabia.com, jueves 5 agosto, 2021). Hacia el año 1200 D.N.E. los habitantes de tal lugar necesitaban un rey, por lo cual decidieron consultar al oráculo de Telmeso. El oráculo respondió, como suelen hacer los oráculos, de manera críptica, ya que “predijo que su próximo monarca sería un hombre que atravesara la puerta del Este de la capital con un carro con bueyes y un cuervo posado en él”.

El elegido, para sorpresa de todo el mundo, fue un personaje conocido como Gordias, un pobre labrador que no tenía más propiedades que su carro y sus dos bueyes. Pero como los habitantes de Frigia eran fieles y creyentes, decidieron hacerle caso al oráculo y coronaron rey a Gordias; éste, habiendo sido electo, fundó la ciudad de Gordio (sin más ni más, un epónimo) y, como agradecimiento, donó al templo de Zeus su carro, con la particularidad de que el yugo estaba atado a una lanza con un nudo tan complicado que nadie podía deshacerlo. Corrió entonces la leyenda de que quien pudiera hacerlo conquistaría toda Asia.

(…) Muchos años después, cuando Alejandro Magno se dirigía a conquistar el Imperio Persa, pasó por Frigia y también la conquistó. Los habitantes pensaron que era un buen momento para plantearle el enigma del nudo gordiano y así lo hicieron.

Alejandro se rompió cabeza pensando cómo resolver el enigma y pasó largas horas frente al nudo sin resultado. La soga seguía tan fuerte como cuando llegó. Al fin, después de casi rendirse varias veces, llegó a una conclusión sorprendente: no importaba como se resolviera el enigma, lo importante era deshacer el nudo. Así que Alejandro cogió su espada y pronunció unas palabras de leyenda: “tanto monta deshacerlo como cortarlo” y, de un solo golpe, cortó la cuerda y acabó con el nudo que apresaba el carro.

Pues bien, sin la pretensión de realizar una comparación de AMLO con Alejandro Magno, considero que el presidente se comporta ante el fenómeno de la Corrupción como si fuese éste el Nudo Gordiano de las grandes tragedias que enfrentamos; es decir, una vez liquidada la corrupción –no importa cómo se logre ello— no tendremos más que gozar de bienestar, calidad de vida, seguridad y, faltaba más, autorrealización.

Pero demos un solo paso a la vez.

¿Qué debemos comprender o entender tras el término corrupción?

Siguiendo el Diccionario de la Lengua de la Real Academia Española, por corrupción debe entenderse: “Deterioro de valores, usos o costumbres”.

Ello, como podemos apreciar, no nos permite saber qué significa ser corrupto, ni quién es corrupto, ni qué es la corrupción. Pese a ello buscando en los diccionarios jurídicos del Derecho Mexicano encontramos una definición tan difusa como la precedente: Dentro del contexto del Derecho fiscal mexicano: “es el uso indebido de los servicios públicos para beneficio personal”.

Ambas definiciones, a mi parecer, son ambiguas, nebulosas, imprecisas y no nos proveen de los suficientes elementos de juicio para interpretar lo que dijo en su Conferencia de Prensa AMLO.

Ahora bien, sin mucho aspaviento, no cabe duda de que hablar de corrupción nos conduce naturalmente a considerar un tipo de comportamiento que puede ser juzgado moral, ética o jurídicamente –sea éste de carácter individual o colectivo o, incluso, por seres que forman parte de la estructura del Estado o del gobierno, o que pertenecen a la sociedad civil o a una comunidad— con base en normas morales, éticas o jurídicas establecidas como referentes de comportamiento “aceptable”.

Bajo este supuesto habrá, seguramente, una variedad de comportamientos que pueden ser considerados parte de la clase “Corrupción” y, desde luego, los comportamientos que quepan dentro de la clase podrán ser juzgados y sancionados, ética, moral o jurídicamente.

En tratándose de los actos o comportamientos de corrupción que pudieran y debieran ser juzgados, sancionados y punibles jurídicamente y no lo hayan sido, no podemos considerar que permanecieron ocultos a nuestra consciencia y percepción hasta ahora, por no haber sido contemplados en los discursos políticos o los mensaje mediáticos, sino que deliberadamente fueron cubiertos por el manto de la protección relacionada con las omisiones por parte de la autoridad encargada de realizar tales acciones y la colusión de las autoridades correspondientes con la corrupción y los corruptos. Es decir, que la “Corrupción” siempre se ha encontrado protegida por la “Impunidad”. “Corrupción” e “Impunidad”, hasta ahora, son las siamesas que inseparables mantienen una de las manifestaciones de las tragedias nacionales responsables, en parte, de la violencia estructural que nos carcome.

Entremos aún más en esta trama; parece que el “Nudo Gordiano”, otra vez, es de carácter, moral, ético o jurídico y que sería resoluble y resuelto con la instauración de un “Estado de Derecho”, Estado que se encuentra condicionado por la “Voluntad política” de acabar con la “Corrupción” y la “Impunidad”. Empero ello no es así. Existen un conjunto de condiciones materiales –económicas y políticas— que imponen y han impuesto, históricamente hablando, los factores que han hecho posible la existencia de los flagelos que “denuncia” el presidente.

De aquí deriva la tesis siguiente:

Bueno, dicho esto, cuando se habla del modelo neoliberal yo he llegado a sostener que, si el modelo neoliberal se aplicara sin corrupción, no sería del todo malo. Es que se puede tratar del modelo económico más perfecto, pero con el agravante de la corrupción no sirve nada. Entonces, el fondo es ese, el que impera la corrupción.

Naturalmente que los supuestos que enuncia AMLO se encuentran divorciados de un Modo de Producción económico que, sin ellos presentes, sería igualmente excelente o deseable.

Implícitamente dicho, el neoliberalismo como expresión más elevada del Modo de Producción Capitalista sería excelente y deseable para México, si, claro, eliminamos la “Corrupción”.

Dicho de otra manera, tratando de imponerle un “Rostro más humano” o sustentado en “Principios humanistas” al Capitalismo y al Neoliberalismo, no necesitamos otro modelo de desarrollo, mucho menos el socialismo. Bastará con deshacer, o cortar, el “Nudo Gordiano” de la Corrupción y ya.