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La Caminata por la Verdad, la Justicia y la Paz, llegó pasado el medio día al zócalo de la Ciudad de México - Foto: Foto: Jaime Luis Brito

Las víctimas guardan silencio para que su clamor se escuche fuerte

Unas cuatro mil personas de colectivos de varios estados caminaron desde la Estala de Luz hasta el zócalo de la Ciudad de México; en cada antimonumento gritan "Verdad, Justicia y Paz"; durante un kilómetro, marcharon con un solo zapato;

Por: Jaime Luis Brito, Visitas: 983

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Ciudad de México. Domingo 26 de enero de 2020. En silencio, unas cuatro mil personas, representantes de colectivos de víctimas, artistas, activistas, poetas, comunicadores y público en general, se desplegó a lo largo de Reforma. La Caminata por la Verdad, la Justicia y la Paz, está llena de símbolos: El más fuerte, de la glorieta de la Diana a la de la Palma, un buen número marcha sin un zapato.

Con pie “a ráiz” o con calcetín, decenas caminan un kilómetro en homenaje a Manckenzi Miller, una niña de 9 años, quien el día del atentado contra los LeBarón, tuvo que caminar 10 kilómetros con un solo zapato para escapar de los sicarios y pedir ayuda. Lo primero que me dijo, dice Lenzo Miller: ‘Vamos a regresar, tenemos que regresar por mis hermanos”.

Así que avanza la Caminata desde el antimonumento de la Estela de Luz, pasando por el de la Guardería ABC, hasta llegar al de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, los padres y madres de los estudiantes, saludaron la marcha y llamaron a la “unidad” de los movimientos de víctimas.

Melitón Ortega, padre de los 43 normalistas desaparecidos, señala que “su dolor es nuestro dolor, porque lo que me duele a mi, les duele a ustedes y lo que les duele a ustedes, me duele a mi”, por eso llamó a la solidaridad y la unidad en la lucha por los desaparecidos, no sólo los estudiantes, sino todos los del país.

Luego pidió disculpas, porque ya tenían “otras actividades programadas”, pero aseguró que están dispuestas a demandar justicia para todas las víctimas. Se hizo un pase de lista y luego se exigió justicia. Los padres de los normalistas y el poeta han tenido una serie de encuentros y desencuentros a lo largo de los últimos años.

La marcha recibió una serie de apoyos a la largo del trayecto. Víctimas del Funden en Jalisco y de Morelos, se fueron incorporando. Al pasar por el Senado de la República, una comisión ingresó a entregar los mismos documentos entregados más tarde a los integrantes del gabiente de seguridad con las propuestas de justicia transicional. Estuvieron todos los partidos, menos Morena y sus “satélites”.

Luego, al llegar al zócalo, un grupo de presuntos militantes de Morena intentaron reventar la caminata. Llegaron y se instalaron alrededor del templete y comenzaron a gritar a favor del presidente. Hubo un momento de enorme tensión, cuando los dos contingentes quedaron frente a frente. Los organizadores de la Caminata se desgañitaban pidiendo silencio.

Inteligentemente, la Caminata literalmente dio la vuelta a los “provocadores”. Cuando éstos se dieron cuenta, ya se habían quedado atrás y sus gritos fueron ahogados por el sonido que anunciaba la participación de Adrián LeBarón, quien en su estilo, llamó a la unidad: “Te amo México, Te amo mexicana, Te amo mexicano”.

Luego vino la cuarta carta pública de Javier Sicilia a López Obrador, en la que le exigió decidirse entre el horror y la verdadera transformación del país. El sol caía a plomo mientras la delegación representantiva ingresó a Palacio Nacional, a entregar documentos y símbolos. Luego subieron a los autobuses y cada quien para su casa.

Sin duda, una de las diferencias entre la marcha del 2011 y la de este 2020, es la presencia de los niños. Al hablar con las víctimas, ellas mismas alertan, o alarman, según el énfasis, porque una de las diferencias entre ambos momentos históricos es que ahora, los grupos criminales “ya no respetan nada”, pues las víctimas ahora también son los niños y las niñas.

Como en el caso de la familia LeBarón, en la masacre ocurrida en Bavispe, Sonora, el mayor número de víctimas fueron niños, a quienes no sólo acribillaron a mansalva, sino que luego los calcinaron. Según la Red por los Derechos de la Infancia, durante 2019, casi 800 niños fueron asesinados en el contexto de la guerra que vive el país.

Más grave aún, y es un tema que acompañó la Caminata, es como lo señala la propia portada de Proceso este domingo, los niños entraron ya a la guerra. Lo más grave, según los participantes en la Caminata, es que desde el poder, desde el gobierno, no se observa una estrategia para resolver el asunto.

 

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