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El sector minero ha integrado entre sus filas a mujeres que han aportado gran valor a la industria y, sobre todo, que han roto paradigmas. Entre ellas se encuentra Ana María González, actual presidenta de la asociación mundial Women In Mining (WIM) México. Con 30 años de experiencia dentro del sector, su paso por la minería ha marcado pautas para las nuevas generaciones de mujeres que buscan desarrollar sus carreras profesionales en el rubro.

Desde 2019 se ha desempeñado como la segunda presidenta del organismo, actualmente presente en 11 entidades del país. Dentro de sus actividades, ha impulsado la igualdad y equidad para las mujeres mineras. “Ahorita somos el 16.7%. Cuando yo empecé éramos el 2%. Avanzamos de a poco pero esperamos llegar al 50%”.

Sus inicios en la minería se podrían describir como fortuitos. Su preparación académica la realizó inicialmente en biblioteconomía y educación preescolar en Cambridge. Mientras se desempeñaba dentro de una institución educativa, la llegada de un geólogo cambió su vida. A pesar de no tener experiencia dentro del rubro fue invitada a trabajar en el sector minero y, más tarde, comenzó a estudiar del sector. La primera empresa para la que trabajó fue de capital inglés, después se desempeñó por quince años en una de capital canadiense.

“Aprendí sobre la marcha, en la práctica, trabajando y estudiando. Fue casualidad, yo no tenía idea. Y de la minería, te enamoras. Lo que no produce la tierra, tú lo minas. Todo empieza con minería; las principales ciudades del mundo se fundaron con minería”.

Un recorrido cambiando panoramas

La pasión que le imprime a cada una de sus acciones se puede ver reflejada en los resultados que ha obtenido. Durante su trayectoria, refiere, ha habido muchos detalles que la han marcado. Entre ellos se encuentra su experiencia en la Mina Dolores, en Chihuahua, un proyecto que vio crecer y dar sus frutos, pero más allá de eso, indica:

“A mí de la minería me gusta todo pero lo que más me gusta son las relaciones comunitarias. Al final del día, se llega a pueblos que están muy alejados y a los que nadie va. Nosotros hacemos carreteras, los comunicamos y les brindamos las herramientas para que puedan vivir mejor. Es algo que da una satisfacción enorme”.

Las diferencias, menciona Ana María, han sido lo que le han brindado las fortalezas para desempeñarse en una industria que ha sido históricamente liderada por hombres. Actualmente, solo el 4% de las mujeres en la minería tienen un puesto ejecutivo. “Antes nunca te decían que si querías ser minera o geóloga, entonces yo quiero impulsar esto, para que sepan que las mujeres se pueden desempeñar en este sector tan importante”.