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La disputa por la agenda: Balance 2020/y II

El islote del dolor configurado por las víctimas de desaparición y las personas víctimas del covid-19, como recuento de lo más importante ocurrido a lo largo de los últimos 366 días; segunda parte del balance de este 2020

Por: Carlos Garza Falla, Visitas: 954

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Cuando la gente hable, escucha de verdad. La mayoría de personas nunca escuchan

Ernest Hemingway

 

Tal y como lo comenté en mi colaboración de hace ocho días, en esta segunda parte del balance de lo que ha sido la disputa por la agenda en este  2020 me ocuparé del islote de dolor configurado por las personas víctimas de la desaparición y por el de las personas víctimas del Covid- 19.

En consulta realizada el 30 de enero del 2020 a las 17 hrs. en el sitio que la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas tiene habilitado, los datos que me aparecieron fueron los siguientes:

Del 15 de marzo de 1964 al 30 de diciembre del 2020 son:

• 81,910 personas desaparecidas y no localizadas*;

• 76,155 son personas desaparecidas;

• 5,755 son personas no localizadas;

Del 1° de enero al 30 de diciembre del 2020 son:

• 6,872 personas desaparecidas y no localizadas;

• 5,795 son personas desaparecidas;

• 1,017 son personas no localizadas. 

*Persona Desaparecida: la persona cuyo paradero se desconoce y se presuma, a partir de cualquier indicio, que su ausencia se relaciona con la comisión de un delito.

Persona No Localizada: la persona cuya ubicación es desconocida y que, de acuerdo con la información que se reporte a la autoridad, su ausencia no se relaciona con la probable comisión de algún delito.

Sin duda es un número de personas, de seres humanos con rostro, nombre, apellido y relaciones familiares y sociales significativo que de buenas a primeras se desdibujan del mundo real y se transportan a deambular en el mundo imaginario de aquellos a los que les hacen falta de aquellos a los que su ausencia deja un vacío inconmensurable.

Es, estoy seguro porque lo he visto en innumerables rostros, porque lo he escuchado en innumerables conversaciones, porque lo he leído en un número importante de testimonios uno de los dolores más profundos que afectan a un ser humano y desde que entre en contacto con el universo de las víctimas con frecuencia me asalta la pregunta de que podría significar para mí el que de la noche a la mañana alguno de mis hijos, o alguna de las personas que más quiero desapareciera. Y aunque para quienes leen esto pueda parecer algo irreal, lo digo con todas sus letras: sufro y hago mío el sufrimiento de quienes lo viven en carne y hueso, soy empático con ellos.

Leí por ahí que en alguna predica en su pulpito mañanero (la del 9 de diciembre pasado para ser exactos) el Presidente Andrés Manuel López Obrador habla de la empatía como palabra neoliberal: “Otra que antes no se usaba y ahora se usa mucho, ‘empatía’. Hay simpatía o hay antipatía, pero esta es empatía.” y pues como lo han dejado en claro dos destacados articulistas Ricardo Raphael de la Madrid y Roberto Blancarte en sendos artículos. AMLO en su afán por pontificar en contra del ese monstruo de las mil cabezas que le tiene absorbido el cerebro: el neoliberalismo, se fue de la lengua y dejo en claro que su educación socioemocional es equivalente a la de un extraterrestre y en ese sentido se ubica en la antípoda del lema de la Universidad de la Ciudad de México que establece como divisa: “Nada de lo humano me es ajeno.”

(Dejo aquí los dos artículos de referencia y en caso de que no los hayan leído no dejen de hacerlo ahora:

 ¡La empatía ese invento neoliberal! y La antipatía del presidente.

 

De los retos que nos deja el año 2020 y que debemos de atender como una prioridad nacional en el 2021 y es el detonar un gran movimiento nacional que ponga en el centro el dolor de las víctimas y despliegue todas las políticas públicas que sean necesarias para en la medida de lo humanamente posible aliviarlo.

Políticas públicas que se construyan desde abajo y sumen a todos en especial a las organizaciones de la sociedad civil que desde hace ya varios años nos vienen dando ejemplo de su fraterna y solidaria compasión.

Es tiempo creo yo de recapitular lo mucho que esas organizaciones han aportado, el aprendizaje que han acumulado y decantado, ponerlo en el centro de una estrategia nacional por encontrar a todas y todos los desaparecidos o no localizados.

Soy de la idea de que algunas de las instituciones que más se podría beneficiar con lo que aquí estoy planteando son el Ejército y la Armada de México ya que la sospecha de que han utilizado la desaparición forzada como instrumento al servicio de algunos segmentos de la clase política, a cambio de prebendas, ensombrece su historia y su prestigio.

Quienes hoy tienen la responsabilidad de la conducción de las fuerzas armadas en México tienen la oportunidad de mostrarle al pueblo que en verdad lo suyo es el interés nacional y que por ello de deslindan de todos los episodios en los que por x o z circunstancia han participado al servicio de interés de grupos, de facciones, de delincuencia organizada de cuello blanco.

Invito a quienes lo expuesto hasta aquí los mueve a estar más próximos a un tema como este, a que se den oportunidad de visitar al menos los dos sitios que muestro a continuación:

A dónde van los desaparecidos.

Crisis Forenses.

Y escuchar de verdad, lo que ahí se nos dice.

Pasando al islote del dolor que provoca hoy en México la pandemia del coronavirus es claro que faltan muchas páginas por escribirse y muchas lecciones por asimilar. Es claro que la “luz al final del túnel” se ve para la mayoría muy lejana y en muchos casos es más una ilusión que una realidad.

Según el Comunicado Técnico Diario covid-19 México del 30 de diciembre a las 17hrs, las defunciones que se reportan son 124, 897 cifra que todos sabemos está muy por debajo de lo que realmente ha sucedido. Sin embargo, no es eso lo que me interesa subrayar, me interesa invitar a quienes leen esto a hacer el ejercicio de reconocer en esas 124,897 personas difuntas a seres humanos de carne y hueso, con nombre y apellido con relaciones familiares y relaciones sociales, que victimas del covid-19 dejan este espacio socio-territorial, dejan el vacío de su ausencia.

“Lamento el sensible fallecimiento de Armando Manzanero, mis condolencias a familiares y amigos. Descanse en paz.” escribió en twitter Marcelo Ebrard el pasado 28 de diciembre y yo al leerlo pensé para mis adentros avísenle al Señor Canciller que son cientos de miles los “Armandos Manzaneros” que el covid-19  les ha arrebatado a sus familiares y amigos.

A donde voy es que me quedo con la sospecha que Ebrard manda ese twitt con la intención de que quienes lo veamos digamos: “ya viste, Marcelo se conmovió por la muerte de Manzanero y le dio el pésame a su familia” y que ello eleve sus positivos.

¿Porque Marcelo no se lamenta del fallecimiento de los 124, 896 “otros” “no Armandos Manzaneros”? ¿Porque no los conoce? Es posible, pero también es posible que porque tiene perfectamente medido que expresar sus condolencias a ellos eleva de manera muy reducida y limitada sus positivos.

En mi opinión, tal y como lo exprese en mi colaboración del 24 de julio frente a lo que estamos es frente a lo que los expertos llaman “entumecimiento psicológico” y reitero aquí lo que dije en aquel texto: “El reto en términos de agenda pública es sin duda poner en el centro de nuestras conversaciones el archipiélago de dolor que hoy configura el espacio socio-territorial de nuestra patria, “desentumirnos psicológicamente” e impedir que a dicho archipiélago se sumen en el corto plazo islotes de pobreza, miseria y hambre, que sin duda serán también islotes de mucho dolor.”

Deseo a todos los que me favorecen con su lectura el que puedan dejar del lado de la noche vieja todos los trebejos inútiles que impiden dejar suelta a “la loca de la casa”: la imaginación y que auxiliados por esta construyamos el México con Paz, incluyente en el que imperen la justicia verdadera y la dignidad.

Hagamos todo lo que este de nuestra parte para que en el 2021 sea un buen año para todos.  

Twitter. cgf59

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carlosgarzafalla@gmail.com

 

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