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Finalmente, la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador al presidente Donald Trump en Washington DC se realizó el día de 8 de julio de este 2020.

Desde la tarde previa, el eje narrativo empezó a ser controlado por los operadores de la estrategia de comunicación social de López Obrador dando amplia difusión a unas imágenes de él a bordo del avión comercial en el que se trasladó a los Estados Unidos de Norteamérica, y en las que aparecía portando un tapabocas. 

Elemento distractor que se llevó la conversación por la senda del “claro, para allá y con los de allá sí cumple la recomendación del tapabocas, cosa que no hace aquí y con nosotros” y no permitir que ésta se ubicará en torno al debate sobre la razón de ser del viaje presidencial y lo que se le debería exigir como resultado.

Dicho de otra manera: a partir de que el presidente Andrés Manuel López Obrador abordó su vuelo, el equipo que lo apoya en las tareas de comunicación lo blindó, tomando el control hegemónico de las mismas.

Pienso que a posteriori podemos plantear que si bien es cierto que desde el momento en que se definió que la visita a Washington se realizaría se empezó a trabajar en su preparación con un trabajo diplomático meticuloso y de altura, cuidando al máximo todos y cada uno de los detalles, el fantasma de la veleidad del anfitrión siempre estuvo presente, de ahí el blindaje al que hice referencia en el párrafo anterior.

Otro indicio para mí de que desde la Presidencia de la Republica se trabajó de manera muy consistente en el blindaje de la narrativa del viaje es que ellos impulsarían, lo ofrece Epigmenio Ibarra en su colaboración del día 8 de julio en Milenio: Washington, entre Lozoya y Ayotzinapa.  

En términos de construcción de una estrategia narrativa de protección creo que este artículo es una joya. En primer lugar, construye la imagen de AMLO como interlocutor de Trump en contraste con las de Calderón y Peña Nieto en el mismo rol. Acto seguido establece un puente entre la conferencia de prensa del titular de la Fiscalía General de la Republica (FGR), Alejandro Gerz Manero, en la que dio a conocer la aceptación de Emilio Lozoya de ser extraditado a México y colaborar con la investigación, y en la que anunció el fin de “la verdad histórica” de la desaparición de los jóvenes de Ayotzinapa.

“El viaje –dice Epigmenio Ibarra- se produce justo cuando se anuncian dos hechos que también lleva López Obrador bajo el brazo y que habrán de significar, en el corto plazo, dos golpes por debajo de la línea de flotación al viejo régimen y a la ruidosa oposición que busca la ruptura del orden constitucional: el regreso voluntario de Emilio Lozoya, para colaborar con la Fiscalía General de la República, y el inicio de la demolición de la llamada ‘verdad histórica’ en el caso Ayotzinapa.”

En abono de esto cabe ubicar la conferencia de prensa de Omar Gómez Trejo, de la Unidad Especial de Investigación y Litigación para el caso Ayotzinapa, de la (FGR), del pasado día 7 de julio y en la que da a conocer la identificación de restos recuperados en un paraje a 800 metros del basurero de Cocula pertenecientes al estudiante normalista Christian Alfonso Rodríguez Telumbre.

Y también cabe ubicar aquí la información que circuló de que el presidente López Obrador, a su regreso de Washington, se reuniría con los padres de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa.

En resumen, podemos decir que la disputa por definir la agenda pública en lapso de tiempo del 3 al 9 de julio de 2020 tuvo como eje de rotación la visita del presidente mexicano a su homologo estadounidense a Washington y que se buscó blindarla con “dos golpes por debajo de la línea de flotación al viejo régimen y a la ruidosa oposición”: el caso Lozoya y la muerte de la “verdad histórica” en el caso Ayotzinapa.

Y si bien todo hasta aquí podría parecer una novela con final feliz, el problema es que, en términos de realidad-real sigue habiendo muchos, muchísimos cabos sueltos:

- las violencias que se enseñorean en todo el territorio nacional. Héctor de Mauleón concluye este jueves su artículo de El Universal, titulado El narco declara la guerra a policías en el Edomex, con la siguiente sentencia: “Un capo más se suma a la serie de quienes se sienten capaces de desafiar al Estado. Como Ovidio, como el Mencho, como el Marro. Lamentablemente un signo de los nuevos tiempos”.

- La pandemia del coronavirus en relación a la cual cada vez son más las voces muy críticas y disidentes, amén de la profunda insatisfacción con la información que se hace pública.

- La profunda crisis económica expresada hoy en pérdida de empleos, decrecimiento del PIB y cierre de centros de trabajo.

La grilla para los profesionales de la política suele ser sin duda una experiencia orgásmica, por ello les entretiene y les divierte tanto, pero en mucho, es una experiencia onanista que los aísla y los expulsa a realidades paralelas que poco o nada tienen que ver con la conquista de la verdad, que posibilita la realización de la justicia verdadera y crea condiciones para la paz. 

Verdad, justicia y paz, nunca serán resultado de la grilla, ellas siempre serán resultado de la fraternidad, solidaridad y generosidad, desafortunadamente una triada en extremo deficitaria en el mundo de hoy.

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