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La 55 Legislatura sufrió su primera ruptura a finales de su primer periodo ordinario de sesiones, con la conformación de dos grupos, uno con 11 diputados y otro con 9. En el fondo está la aprobación del presupuesto del próximo año que debe quedar en firme antes de las 12 de la noche de este miércoles 15 de diciembre.

Por un lado está el ahora llamado G-11, mismo que encabezan los cuatro exalcaldes que son diputados locales: Francisco Erick Sánchez Zavala, exedil de Yecapixtla y actual presidente de la mesa directiva; el exedil de Yautepec, Agustín Alonso Gutiérrez, ahora presidente de la Comisión de Hacienda, Presupuesto y Cuenta Pública; la expresidenta de Tetecala, Luz Dary Quevedo Maldonado, actual vicepresidenta del Congreso; y el exedil de Xochitepec, Alberto Sánchez Ortega.

Al mismo tiempo han sumado a los integrantes de los grupos parlamentarios que representan estos exalcaldes: PAN, Nueva Alianza, Movimiento Ciudadano y PRI, respectivamente. Con ello, conjuntan 11 diputados y su política está basada en no conceder un presupuesto afín al gobierno de Cuauhtémoc Blanco Bravo, así como acotar lo más posible la acción de la administración del exfutbolista.

Por el otro lado están Morena y sus aliados, PT, PES y Redes Sociales Progresistas, grupo que alcanza nueve legisladores y que es encabezado por Paola Cruz, quien coordina a Morena, además de la petista Tania Valentina Rodríguez Ruiz y la pesista Mirna Zavala Zúñiga. También han sumado a los legisladores que acompañan sus respectivos grupos parlamentarios.

Su política responde a un presupuesto que incluya sus preocupaciones y han cerrado filas con el propio gobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo, quien ha hecho constantes llamados a la unidad y a que se resuelvan sus diferencias. En las últimas declaraciones, de plano se lanzó contra los exalcaldes ahora diputados a quienes acuso de tener problemas en sus cuentas públicas y de no querer transparencia en el manejo del dinero cuando estaban en el poder en esos municipios.

Primero, el viernes pasado, el G-11 quiso sesionar para quitar a Paola Cruz de la coordinación de la Junta Política y de Gobierno, órgano encargado de la agenda legislativa y de máxima decisión en el Congreso. No se logró ese día, pero el domingo en la noche, en un albazo, los 11 diputados sesionaron con quorum de mayoría y destituyeron a la morenista de la Junta y luego quitaron a los 9 diputados restantes todas sus comisiones.

Ello generó primero una protesta de los diputados del G-9 que primero bloqueo los accesos del Congreso esa misma noche con un grupo de simpatizantes. Luego, pidieron a la Fiscalía Anticorrupción asegurar las oficinas de la Junta Política y de Gobierno, organismo que según el G-11 está ahora ascéfalo y con un veto sobre Paola Cruz, esperan que Morena decida a quién propondrán ahora.

En respuesta, incluso el líder nacional de Morena, Mario Delgado aprovechó su visita a Morelos el martes para cerrar filas con Cruz e hizo un llamado a que se respetara la decisión de su partido de que sea ella quien encabece los trabajos políticos del Congreso. Esto ha sido desoido por los diputados del G-11 que de hecho sometieron a los morenistas y los obligaron a sesionar el martes mismo para aprobar las leyes de ingresos de los 36 ayuntamientos que están por iniciar sus funciones el 1º de enero.

Así se encuentran las cosas a unas cuantas horas de que culmine el plazo para la aprobación de un presupuesto para el 2022. En caso de fracasar, el gobierno de Morelos operaría con el mismo presupuesto de este año, sin embargo, hay cosas que corren el riesgo de no funcionar.