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El camino de la vida: Leo Kanner

Habla de los trastornos autistas del contacto afectivo, particularmente de la biografía del médico que los trabajó Leo Kanner, quien no llamaba a autistas con este padecimiento

Por: J. Enrique Álvarez Alcántara, Visitas: 2229

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Dando continuidad a la colaboración que la semana anterior publicamos en El Camino de la Vida, hoy me propongo presentar un breve esbozo biográfico del médico Leo Kanner (1894-1981) y, a su vez, trataré de explicar en qué consisten los Trastornos Autistas del Contacto Afectivo.

Como recordaremos, el pediatra austriaco Hans Asperger, en el año de 1944, publicó un artículo, en el cual denominó al trastorno que describía como “Psicopatía Autista”; como ya dijimos, la psicóloga británica Lorna Wing, en el año de 1980 hizo pública la obra de Asperger y difundió el trastorno que éste hubiese descrito, bajo el epónimo “Síndrome de Asperger”. Finalmente, la psicóloga, también británica, Uta Frith, en el año de 1991 tradujo del alemán al inglés dicho trabajo.

Un año antes, 1943, Leo Kanner hizo público su trabajo Trastornos Autistas del Contacto Afectivo.

Como registra la historia, Leo Kanner nació con el nombre Chaskel Lieb Kanner en Klekotów, un pueblo en lo que hoy es Ucrania, muy cerca de la frontera con Rusia, un 13 de junio de 1894 y falleció un día 3 de abril de 1981 (imagino que por ello se conmemora el día 2 de abril el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo y, en tanto que el síndrome de Asperger era considerado distinto al “Autismo de Kanner” ambos tienen fechas conmemorativas diferentes).

Según refiere Steve Silberman en su libro NeuroTribes. The Legacy of Autism and the Future of Neurodiversity, editorial Avery, en su página 142, cuando Kanner era adolescente: “descubrió que Lieb es la palabra yiddish (la lengua yiddish es una de las derivaciones de la lengua hebrea, que esta lengua ha tenido, el origen del yiddish se ubica hacia la época medieval germana, cuando los desplazados judíos adoptaron la lengua alemana, adaptándola y mezclándola con elementos del hebreo y el arameo con fines religiosos) para el nombre hebreo Aryeh, cuyo significado es ‘León’”. Como tal descubrimiento le fascinó, comenzó a llamarse a sí mismo Leo.

Hacia el año de 1913, Kanner ingresó a la Universidad de Berlín para estudiar medicina y, para ese entonces dominaba el alemán antiguo, el alemán de la alta edad media, el alemán moderno (como puede apreciarse las lenguas también evolucionan y cambian), el polaco, el francés, latín, griego, ruteno y comenzaba a estudiar el sánscrito; pero aún no hablaba inglés. Mientras estudiaba medicina se desarrolló como poeta.

Hacia el año de 1914 estalla la Primera Guerra Mundial y abandona sus estudios para integrarse al cuerpo médico del ejército alemán (lo mismo sucedió con Hans Asperger durante la Segunda Guerra Mundial). Al término de la Primera conflagración retomó sus estudios de medicina, particularmente en la rama de la cardiología. Hacia 1923, Kanner conoció a un médico estadounidense de nombre Louis Holtz, quien lo ayudó a abandonar Alemania y a radicarse en Estados Unidos, en el año de 1924. Para ello, Holtz le consiguió un puesto como psiquiatra (que no lo era) adjunto en el Yankton State Hospital de Dakota del Sur.

Habiéndose adaptado a Yankton, Kanner se entrevistó con Adolf Meyer, presidente de la APA, buscando una beca de investigación en el departamento de psiquiatría, en el Johns Hopkins Hospital.

Es destacable el hecho de que el dispensario que ocupó Leo Kanner para trabajar con sus pacientes fue construido de acuerdo con las especificaciones de Clemens Von Pirquet (1908), quien también diseñó la clínica de Asperger en Viena (1928) y que, finalmente, se suicidó en el año de 1929.

Hacia el año de 1935, Kanner publica la primera edición de su Psiquiatría Infantil; dicho libro fue el único en su género que se utilizó como texto nacional hasta el año de 1960, tiempo durante el cual se imprimieron cantidades enormes de ediciones. Cabe destacar que en esta primera edición Leo Kanner no refiere aún los Trastornos Autistas del Contacto Afectivo ni, mucho menos, a lo largo de 67 años, citó a Hans Asperger.

En el año de 1942 el editor de una nueva revista titulado The Nervous Child invitó a Kanner a escribir y, el artículo “Trastornos Autistas del Contacto Afectivo” se publicó en el número de junio de 1943.

En dicho artículo expresará: “Desde 1938 han llegado a nuestra atención una serie de niños cuyo trastorno difiere de un modo tan marcado y único de cuanto hasta ahora se ha informado, que cada caso merece (y espero que con el tiempo reciba) una consideración detallada de sus fascinantes peculiaridades”.

Kanner considerará, para ese momento, que el “patrón conductual” posee como “características comunes esenciales”: a) El aislamiento voluntario, presente desde el nacimiento, que denominó “soledad autista extrema”. Dice Kanner: “El trastorno fundamental, sobresaliente y ‘patognomónico’ es la incapacidad de los niños para relacionarse de manera normal con las personas y las situaciones desde el inicio de la vida (…) Desde el principio se da una soledad autista extrema que, siempre que es posible, se manifiesta de tal modo que el niño hace caso omiso y se cierra a cualquier cosa que proceda del exterior”; b) la segunda característica común era el temor al cambio y a la sorpresa, que Kanner designo de la manera siguiente: “Deseo ansiosamente obsesivo de imperturbabilidad”; Kanner lo describió de la manera siguiente: “Su mundo debe parecerles compuesto de elementos que, una vez experimentados en un disposición o en una secuencia determinada, resultan intolerables en cualquier otra disposición o secuencia; dicha disposición o secuencia también le resulta intolerable sin todos los ingredientes originales colocados en idéntico orden espacial o cronológico”.

Conviene destacar el hecho de que Kanner no llamaba autista a los niños, sino que, más bien, lo que denominaba autista era el comportamiento de tales niños. Finalmente, fue en el año de 1944 cuando Kanner publicó una versión resumida de su artículo de 1943 para la revista Pediatrics, síntesis en la cual bautizó su síndrome con el nombre que prevaleció hasta la última década del siglo XX, a saber: Autismo Infantil Precoz.

En la próxima colaboración se presentará el trayecto desde Autismo Infantil Precoz y el Síndrome de Asperger hacia los Trastornos del Espectro Autista.

 

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