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El gobierno de Graco Ramírez incumplió sus obligaciones ambientales y al finalizar, heredó al menos 24 tiraderos a cielo abierto en distintos lugares del territorio estatal, denunciaron ambientalistas, quienes alertaron que algunos de ellos se encuentran ubicados en zonas de reserva ambiental.

Casos de alarma resultan los que están ubicados en el corredor biológico Ajusco-Chichinautzin, en específico el que utiliza el municipio de Huitzilac, al norte de Cuernavaca y el de Tepoztlán. Aunque éste último está clausurado, no ha sido sometido a un proceso de remediación, denunciaron.

El problema de los deshechos es grande en la entidad y no ha tenido alternativas serias. Los municipios, quienes tienen la obligación constitucional de resolverlo, la tienen complicada, pues representa enorme erogación, no sólo por el pago del servicio sino por la disposición final. Por ello, el camino “fácil” es continuar utilizando los tiraderos semiclandestinos o ilegales.

De acuerdo con Paul Vizcarra, empresario y activista ambiental, los ayuntamientos “se ven obligados a mandar esos residuos municipales, enviarlos hasta donde exista un relleno sanitario en cumplimiento de la norma oficial mexicana 083 y muchas veces les queda muy lejos. Tenemos el relleno sanitario La Perseverancia, en Cuautla y hay municipios que carecen de recursos para utilizarle”.

Sin embargo, el relleno sanitario de La Perseverancia, ha sido fuertemente cuestionado por organizaciones ambientales. Larisa de Orbe, de Acción Ecológica, dijo que desde que se construyó se violaron varias reglamentaciones de la norma, como que se construyó en zona de alta permeabilidad que colinda con arroyos de agua intermitente del acuífero Cuautla-Yautepec.

Además señaló que los taludes son inestables y tiene cercanía con pozos, norias y manantiales. Recordó que en 2007, La Perseverancia fue sometido a un peritaje independiente que concluyó que el depósito no cumplía con la norma, por lo que se recomendó su cierre definitivo así como el deslinde de responsabilidades ambientales de las autoridades involucradas.

Las plantas de valorización

Vizcarra dijo que las plantas de valorización de recursos sólidos han sido consideradas como elefantes blancos, sin embargo, tienen la posibilidad de servir todavía, cambiando el tipo de tecnología que utilizan y haciendo algunas adecuaciones, pueden resultar benéficas para el uso de toda la población.

Municipios y gobierno del estado deben coordinarse, dijo, “para operar esas plantas de manera congruente y benéfica para la sociedad y sobre todo para no mandar tantos residuos a disposición final”, concluyó.