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Sobre Peter Handke, el más reciente Premio Nobel, Aleksander Hemon escribió: "Su elección implica una concepción de la literatura a resguardo de los infortunios de la historia y las realidades de la vida y la muerte humanas. El Premio Nobel de Handke ha validado una estética que no se inmuta por cuestiones de decencia, un proyecto literario cuyo valor debería disolverse como un cuerpo en ácido ante la magnitud de los crímenes que su autor ha negado y, por tanto, ha respaldado".

¿Se debe juzgar a los escritores por su corrección política? ¿Si alguien escribiera una obra maestra defendiendo a Trump, le negarían un premio si son jurados?

En 2011, al gran escritor francés Louis Ferdinand Céline, colaboracionista y antisemita, se le iba a hacer un homenaje. El Estado francés se echó para atrás para evitar disturbios. ¿Estuvo bien que no se le hicieran homenajes por ser antijudío o su espléndida obra literaria está por encima de eso?

La respuesta correcta, a mi juicio, la dan los noruegos, que han creado un museo, el Centre Hamsun, para celebrar a Knut Hamsun, uno de los más grandes escritores del siglo XX, políticamente impresentable. El arte debe estar por encima de la corrección política. Es mi opinión, la de un admirador de la belleza, en un mundo de jueces implacables.