Masiosare agencia de noticias

Los náufragos de San Blas, de Adriana Malvido - Foto: Foto: Especial

Platiquemos de libros: Los náufragos de San Blas

Presenta esta vez la obra de Adriana Malvido, Los naúfragos de San Blas, editara por Random House Mondadori, S.A. de C.V. 1ª edición México 2006

Por: Carlos Garza Falla, Visitas: 1789

Compartir la nota por:

 

A finales del año 2019 el libro Los náufragos de San Blas de Adriana Malvido se me hizo presente como un libro que valdría la pena leer,  a partir de Carta a Adriana Malvido https://www.milenio.com/opinion/braulio-peralta/la-letra-desobediente/carta-a-adriana-malvido de Braulio Peralta, texto publicado en Milenio el 9 de diciembre de ese año y en el que Braulio le dice a Adriana: “Con tu obra Los náufragos de San Blas entras al periodismo a secas, y en ese libro el propio García Márquez te escribiría: “Si yo hubiera escrito esta historia nadie me la hubiera creído”.

La carta de Braulio a Adriana es la celebración de este porque a Adriana le fue concedido el Homenaje Nacional de Periodismo Cultural Fernando Benítez, que entrega la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL)”.

Ya para finalizar su texto, Braulio Peralta le hace un guiño a sus lectores y nos dice: “Ojo, lectores: asómense al sitio pasolibre.grecu.mx  y encontrarán las cartas que le envían a Adriana Malvido, la Reina Roja, Nahui Olin, Refugio Castillo y los náufragos de San Blas. Ojalá se alegren de ese periodismo tan suyo, tan sereno, al que nos tiene acostumbrado”.

Curioso como soy atendí la propuesta de Braulio y disfruté enormemente lo que ahí me encontré y a partir de ello me propuse seguirles la pista a los libros de Adriana Malvido e incorporarlos a mis libros por leer.

Dos apuntes aún en el nivel introductorio de este texto. Creo que no miento si digo que en mi revisión de la prensa diaria desde hace ya varios años siempre que tropezaba con un texto de Adriana Malvido lo leía,  sin embargo, para cuando leí la Carta de Braulio a ella ya la tenía claramente ubicada porque gracias a ella conocí a Rob Riemen y porque se me quedó muy grabado su texto: Gracias y adiós a Milenio.

Revisando información para esta conversación me he enterado que en el año 2011 le concedieron a Adriana Malvido el Premio Nacional de Periodismo precisamente por la publicación de una entrevista que le hizo a Riemen en Laberinto suplemento cultural de Milenio y por la cual lo conocí y fui motivado para leer Nobleza de espíritu y Para combatir esta era  y en cuanto a su despedida lo que se me quedó muy grabado fue la elegancia del texto y la dignidad que traspira y de la que deja constancia.

“Llevo 38 años en este apasionante oficio del que se aprende algo nuevo todos los días – escribe Malvido -. Me inicié en las máquinas de escribir de Unomásuno; viví el cambio a la computadora en La Jornada y el tránsito a las redes digitales en Milenio. La tecnología exige actualización continua, pero en el devenir de los cambios hay valores que permanecen, de ahí que la nueva medida económica me resulte inaceptable. Hoy propongo reflexionar si en tiempos tan duros para el periodismo, cuando más de 100 colegas han sido asesinados desde el año 2000; cuando muchos reporteros, como Miroslava Breach, se juegan la vida todos los días para que estemos informados, cuando la verdad se debate con la ficción y necesitamos alimentar la credibilidad, el camino para salvar a los medios sea el empobrecimiento del gremio. Lejos de eso, creo que la revaloración del periodismo profesional es urgente. Y que necesitamos más creatividad para reinventarnos hacia el futuro con dignidad”.

Meses después de Carta a Adriana Malvido de Braulio Peralta con profundo pesar y en verdad conmovido de la colaboración de Adriana en El Universal del 24 de junio del 2020 la cual tituló Terror y despojo en Cuernavaca, la cual se sintetiza en un “y ahora nos robaron la paz” que sin duda expresa la nube tóxica que nos envuelve, que envenena el alma y pone contra la pared la alegría de vivir.

Al aproximarse la navidad del 2020 y empezar a preparar la lista de regalos decidí que a Ignacio mi hijo le regalaría La Reina Roja: el secreto de los Mayas en Palenque o La noche de la reina roja, de Adriana Malvido y que yo les pediría a Ignacio y a Carla que me regalaran Los Náufragos de San Blas de la propia Adriana.

Nos dimos a la tarea de intentar conseguir los libros elegidos, sin embargo, rápidamente nos topamos con que no había manera de conseguir La Reina Roja: el secreto de los Mayas en Palenque ni La noche de La Reina Roja y a mí se me hizo fácil por la vía de twitter consultarle a la propia autora sí sabía dónde podría conseguirlo y después de un breve intercambio de mensajes me sugirió que consideraba que podría ser de más interés para Ignacio La Reina Roja: el secreto de los Mayas en Palenque y que ella tenía un ejemplar y con gusto se lo podría dedicar. Y pues no solo se lo dedicó, sino que se lo obsequió. Lo cual tanto Ignacio como yo se lo hemos agradecido mucho.

Por mi parte el 24 de diciembre yo recibí mi ejemplar de Los Náufragos de San Blas que Carla e Ignacio me obsequiaron y de inmediato me puse a leer.

“El 9 de agosto de 2006, un barco atunero taiwanés rescató a tres pescadores mexicanos que naufragaron durante nueve meses y nueve días en el océano Pacífico. Hasta ahora ningún ser humano registrado por la historia había logrado sobrevivir a una travesía tan larga: ocho mil kilómetros en una balsa y a la intemperie”, afirma Adriana Malvido en el primer párrafo del prólogo de su libro. 

Párrafos más adelante – aún en el prólogo - escribe: “Llegué a San Blas en busca de la historia de los tres náufragos y me encontré con mil y una historias en un puerto donde los pescadores asumen “aquí todos somos náufragos”, “todos somos furtivos”, “vivimos de lo que la vida da”. Es decir, me encontré que guarda historias de naufragios inéditas que se cuentan a la sombra de los guamúchiles; con la noticia de que ahora mismo hay veinte pescadores perdidos en el mar; con pescadores furtivos que se llaman a sí mismos “libres” y que cuentan sin tapujos sus aventuras en el penal de las Islas Marías, al que han ido a dar detenidos por ser descubiertos pescando tiburón sin licencia; una comunidad que ha sido afectada por la corrupción política y la voracidad debido a que viven en un paraíso natural donde la flora y la fauna, así como las playas tiene un potencial inexplorado; una comunidad aislada de la modernidad tecnológica donde todos son descendientes de pescadores ancestrales, donde se cuidan y procuran unos a otros en medio de su pobreza, una comunidad donde la mayoría canta, fuma y toma cerveza y en la que sobre todo se vive de y para el mar”.

El párrafo con el que la autora remata el prólogo da la clave de lo que el lector encontrará en su libro: “Esta crónica se basa en todo aquello que percibí en San Blas y sus alrededores, en decenas de entrevistas realizadas en torno al naufragio y en el contacto directo con los protagonistas de esta historia”.

Los náufragos de San Blas está organizado en quince capítulos, un epílogo, un apartado de agradecimientos y en la parte media un álbum de fotografías.

Es un libro en el que el lector tiene la oportunidad de escuchar un concierto de voces de gente sencilla que ama su lugar en la tierra y que se asume como una verdadera comunidad que tiene un saber que le permite sobrevivir. Una comunidad que vive con el mar, del mar y en el mar.

Son muchas las cosas con las que me quedo de mi lectura de Los Náufragos de San Blas de Adriana Malvido, en primer lugar, me quedo con su capacidad de darle la voz a sus interlocutores y construir con cada uno de ellos una narración envolvente en la que el lector va siendo mágicamente capturado y transportado a un rincón de nuestra geografía y de nuestra gastronomía y es incitado a mirar la vida y el mundo en el que esta se realiza de manera más sencilla. Pero también mágicamente capturado y transportado al “mar que no tiene agarraderas”, “al mar que es el que manda”, “al mar en el que naufragar es un reto para la condición humana”.

Me quedo también con la capacidad de Adriana de hacernos partícipes de su estancia en San Blas, de su labor reporteril, de su salida al mar, de su aceptar un aventón en moto, de sus cervezas en el Wala Wala y de la profunda empatía que construyó con los habitantes de San Blas.

Los náufragos de San Blas de Adriana Malvido es un libro que se disfruta de principio a fin, es un libro que también interpela de principio a fin pues invita a darnos oportunidad de escuchar las voces de quienes como los múltiples náufragos de San Blas nos pueden enseñar con sus testimonios existenciales a amar la vida y el escenario en la que esta se realiza: nuestra madre tierra.

Al terminar de leer Los náufragos de San Blas de Adriana Malvido le escribí el mensaje que copio a continuación: “Buen día Adriana, ayer por la tarde concluí la lectura de Los náufragos de San Blas, libro que disfruté mucho de principio a fin. Me gustó mucho creo que es una espléndida acuarela de un rincón de nuestro México. La manera en la que construye el texto me confirmó en una intuición que me ha acompañado a lo largo de mi vida: en la medida en la que escuchemos las historias que los más humildes y excluidos nos quieren contar en esa medida es posible que se nos caigan las telarañas de los ojos y nos descubramos en sus rostros, “los de los otros todos que nosotros somos” que dice Octavio Paz. El último capítulo: El naufragio me gustó mucho. No dudo en etiquetarlo como sublime. Las fotografías me gustaron también, fue para mí un plus de ambientación excelente. Gracias por compartir con sus lectores su mirada de San Blas y de quienes por allá sobreviven”.

Días después Adriana me escribió: “Estimado Carlos, una disculpa por mi demora en contestar a su mensaje. Le agradezco infinitamente la generosidad de su lectura. Sus palabras resumen perfectamente parte de mi experiencia en San Blas. Aprendí a entender que hay un tesoro en las voces e historias personales de cada ser humano, en este caso, de los tiburoneros, entre muchísimas otras cosas como la valoración de la naturaleza desde un sentido muy profundo, vital y poético. Algún día le platicaré todo lo que sucedió después. Puedo adelantarle que los productores gringos amenazaron con demandarme porque ellos habían comprado los derechos, entonces recibí una llamada de David Lara quien me aseguró: "si a ti te demandan vamos todos contigo". También pretendían (la gente del productor) boicotear la presentación del libro en San Blas y les prohibieron a los protagonistas asistir. Llegó Chavita y me dijo; "con todo lo que me pasó ¿quién me va a prohibir estar aquí en las calles de mi San Blas y acompañarla?" No sólo asistió, sino que firmó libros conmigo. Son episodios que se me grabaron profundamente. Hace apenas una semana recibí llamada de los Tiscareño para saludarme y desearme buen año nuevo. En fin, se tejieron lazos entrañables de por vida”.

Sin duda Los Náufragos de San Blas es un libro que amerita que platiquemos de él, hay que hacerlo.

 

Lo último

También podría interesarte

Opinión

Hombres, guardemos silencio, reflexionemos

El feminismo no es contra nosotros, es por ellas, las están matando; ¿cuántas veces, usted amigo, ha participado por acción o por omisión, en agresiones contra mujeres? ¿Cuántas veces hemos sido cómplices?

Política

Covid-19: Montan hospital móvil para que Cuauhtémoc Blanco grabe un spot

El nosocomio fue armado en el Estadio Centenario sólo para la grabación; dice la Secretaría de Salud que fue “un simulacro”; el promocional lanzado en redes sociales estaría violando la Constitución federal, en cuanto a propaganda de gobernantes

Política

Morelos: Pacientes de Covid-19 firman su consentimiento para morir

En el protocolo para ingreso de pacientes al Hospital Parres, se establece que todos los casos deben firmar una hoja en la que están de acuerdo en no ser resucitados en caso de accidente cardiopulmonar; es un documento oficial de la Secretaría de Salud

Opinión

Responsabilizarlas a ellas. El caso Mariana

Medios de comunicación reportaron que a Mariana Leticia, joven asesinada el 10 de mayo pasado, la mataron porque no quiso tener relaciones sexuales. Es mentira, la mataron porque la sociedad cree que las mujeres no valen