Ayer fue 14 de julio, un aniversario más de la Revolución Francesa. Sus ideales de "Libertad, Igualdad, Fraternidad", iniciaron la modernidad política y la democracia, hace más de 200 años.

Hablemos de literatura. En la Edad Media Francia nos dio La canción de Roland -el Mío Cid de allá- los trovadores de la "langue de oc", y al primer novelista europeo, Chrétien de Troyes, con sus obras Érec y Enide, El caballero de la carreta y Lancelot. Y al gran poeta François Villon y su Testamento.

Después vendrían los dos pilares de la literatura francesa: Montaigne, el creador del ensayo, y Rabelais, el que nos enseñó "la alegría de vivir". Un siglo después, el teatro, con los neoclásicos Racine y Corneille, y el genial Molière, que todavía nos hace reír.

En el siglo XVIII, el pensamiento de Voltaire, Diderot, Montesquieu y la novela epistolar Las relaciones peligrosas, de Laclos. El XIX es inagotable, con Victor Hugo y los cuatro grandes de la novela: Balzac, Stendhal, Flaubert y Zola.

En el XX, Proust y su obra maestra sobre el tiempo; Malraux y La condición humana: Sartre -el de las certezas- y Camus -el de las dudas-, las dos Marguerites, Duras y Yourcenar; Tournier, Quignard y Houllebecq. Sin contar las aportaciones de Francia a las demás artes y a la gastronomía. Vive la France!